El 17 de junio de 1972, el Watergate, un complejo de oficinas, apartamentos y hoteles en Washington y sede del Comité Nacional Demócrata, fue asaltado por cinco hombres. Comenzaba así el escándalo de Watergate, que llevó al colapso la administración del presidente estadounidense Richard Nixon.
Cuatro de los arrestados anteriormente habían estado activos en la Agencia Central de Inteligencia (CIA) contra Fidel Castro en Cuba. El quinto, James W. McCord, Jr., era el director de seguridad del comité que trabajaba para la reelección del presidente del Partido Republicano, Richard Nixon, en las próximas elecciones de noviembre. Este hecho acrecentó los rumores en la prensa sobre la participación de la administración Nixon en el asalto. La Casa Blanca, por su parte, negó cualquier tipo de implicación. El 23 de junio de 1972, el presidente Nixon ordenó al FBI que cesara la investigación. Más tarde, esta orden, revelada en lo que se conoció como las cintas de Nixon (grabaciones secretas de Nixon de sus llamadas telefónicas y conversaciones en la Oficina Oval) demostraron que el presidente había sido parte de un encubrimiento criminal desde el principio.
En septiembre de ese año tuvieron lugar los juicios contra los acusados. El Senado constituyó una comisión de investigación y siete consejeros y altos funcionarios fueron acusados formalmente de espionaje. Pero la prensa y el FBI no cesaron las investigaciones, y poco después se descubrió que el asalto al edificio Watergate era solo una de las muchas actividades ilegales que se habían cometido para asegurar la reelección de Nixon. Ante la insostenible situación, finalmente Nixon presentó oficialmente su dimisión el 8 de agosto mediante un histórico mensaje televisado a toda la nación americana.
El caso Watergate fue uno de los escándalos políticos más mediáticos de la historia reciente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario