(Bartolomeu Dias de Novaes, llamado Bartolomé Díaz por los españoles; ?, hacia 1450 - cerca del cabo de Buena Esperanza, 1500) Navegante portugués que dobló por primera vez el cabo de Buena Esperanza, preparando así el camino a la definitiva expedición de Vasco da Gama (1497-1499), que llegaría hasta la India y supondría la apertura de una nueva ruta comercial entre Europa y Asia.
Descendiente de Dinis Dias, descubridor de Cabo Verde, Bartolomeu Dias realizó en 1487-88 un viaje a la costa africana por encargo de Juan II de Portugal, en busca del mítico Preste Juan y de otras noticias traídas por anteriores expediciones portuguesas; sin lograr aquellos objetivos, el viaje recorrió la costa occidental de África hasta doblar el cabo de Buena Esperanza, que llamó «Cabo de las Tormentas» por haberle asaltado allí una terrible. Dias (que en principio no se dio cuenta de ello) había descubierto el paso marítimo entre el océano Atlántico y el Índico por el sur de África. Regresó a Portugal presionado por el descontento de su tripulación, sin haberse adentrado a explorar el nuevo Océano ni sus costas. En lo sucesivo, sin embargo, su carrera declinó, al preferir el rey a otros navegantes, como Vasco da Gama y Cabral, en cuyos viajes figuró Dias como subordinado. Navegando con Cabral participó en el descubrimiento del Brasil (1500) y desapareció durante una tormenta en el cabo de Buena Esperanza (que él mismo había descubierto 12 años antes y que había recibido ya ese nombre por orden de Juan II).
A lo largo de la segunda mitad del siglo XV los navegantes portugueses realizaron varios intentos de alcanzar el extremo sur de África, con la intención de encontrar una ruta que les llevase hasta la India y sus especias; era el mismo objetivo que perseguía Cristóbal Colón: alcanzar la India pero atravesando el Atlántico en lugar de costear África, intento que llevaría al descubrimiento de América. Bartolomeu Dias procedía de una familia de marineros, y antes de emprender la decisiva expedición que cruzaría el cabo de Buena Esperanza había ya tomado parte en numerosas expediciones, como el viaje por la costa africana que inició en 1481.
La expedición que le daría fama comenzó en 1487, cuando recibió la orden del rey Juan II de navegar por el litoral africano tan al sur como fuera posible y descubrir si África estaba unida a la India, como proponía el geógrafo Ptolomeo, o era un continente independiente. Se trataba de la culminación de los preparativos del difunto Enrique el Navegante. Y estaba en juego el control del comercio de especias.
La flotilla de tres barcos con la que Bartolomeu Dias se dispuso a llegar hasta el límite sur de África para acceder a la India zarpó de Lisboa en el verano de 1487. A pesar de ser una fuerza muy reducida, su comandante había tomado las precauciones necesarias para que la expedición tuviese éxito. Una de las tres naves estaba destinada exclusivamente al transporte de víveres para tener garantizado su abastecimiento, y había reclutado como intérpretes a varios nativos de la costa africana. Los expedicionarios navegaron con rumbo sur, tal como habían hecho sus predecesores, y, tras dejar el buque con los suministros en la costa de Guinea, prosiguieron su navegación decididos a encontrar el paso que les permitiese acceder a la India.
Dias ante Juan II de Portugal y Leonor
Uno de los hechos más curiosos de esta exploración es que Bartolomeu Dias y sus hombres no se percataron del momento en que superaban el cabo de Buena Esperanza y entraban en el océano Índico. Una fuerte tormenta sorprendió las dos naves, y cruzaron el mítico lugar mientras se debatían contra la fuerza de los vientos y la mar. Una vez salvado el temporal, Dias buscó la costa navegando hacia el este, como había hecho siempre, pero en esta ocasión no encontró tierra y cambió el rumbo hacia el norte. El 3 de febrero de 1488 arribó a una bahía, a la que puso el nombre de bahía dos Vaqueiros.
Hostigado por los nativos, Dias dio la orden de levar anclas y navegar hacia el este siguiendo la costa, pero a los pocos días su tripulación se negó a seguir adelante y no hubo forma de conseguir que continuara. Bartolomeu Dias decidió entonces emprender el viaje de vuelta, pero antes obligó a la tripulación a firmar un documento en el que se exculpaba al comandante de la expedición de la responsabilidad de no haber seguido hasta la India. Dias era muy consciente de que el enfado del rey por no haber aprovechado tal oportunidad para abrir la ruta de las especias podía poner en peligro su carrera. En el viaje de vuelta, Dias avistó el cabo de Buena Esperanza, con lo que se convenció de que había logrado superar el extremo sur de África. Con esta satisfacción regresó a Portugal, arribando a Lisboa en diciembre de 1488.
En los años siguientes, Bartolomeu Dias continuó vinculado a la exploración naval. En 1494 se encargó de preparar la flota que habría de llevar a Vasco da Gama hasta la India y navegó él mismo hasta Cabo Verde, en la costa africana, donde estableció un puesto avanzado para el comercio. Años más tarde, en 1500, Dias se unió como capitán de uno de los barcos a la expedición de Pedro Álvares Cabral, con destino a la India. Los vientos desviaron a la flota hacia el oeste, y los portugueses acabaron recalando en la costa de Brasil, en América. Un mes después, la flota volvió a zarpar con rumbo este, cruzó el Atlántico y se dispuso a flanquear el cabo de Buena Esperanza. Sin embargo, pronto se vieron envueltos en una terrible tormenta que hundió varias naves, entre ellas, la de Bartolomeu Dias, que pereció en las aguas.