Seguidores

martes, 21 de abril de 2020

Sri Pandit Jawaharlal Nehru

(Allahabad, India, 1889-Nueva Delhi, id., 1964) Político indio. Descendiente de una familia aristocrática, en 1905 marchó al Reino Unido, donde estudió derecho. Formó parte de la corriente de jóvenes intelectuales que en la década de 1920 defendió las ideas nacionalistas de Gandhi, pero su radicalismo le alejó de su maestro.

Jawaharlal Nehru
Inició su trayectoria en la política activa en 1918 como miembro del Partido del Congreso, que presidió a partir de 1929. Su ideología evolucionó hacia la izquierda, simpatizó con el socialismo e incluso llegó a enfrentarse con Gandhi por este motivo. A raíz de sus repetidos llamamientos a la desobediencia civil, fue encarcelado varias veces por los británicos. Presidió la conferencia panhindú de 1934, y en 1942 colaboró en las negociaciones de Cripp con la Administración británica.
Al proclamarse, en 1947, la independencia de la India -que implicó la creación del Estado musulmán de Pakistán-, fue nombrado primer ministro de la Unión India, cargo que desempeñó hasta su muerte, y ministro de Asuntos Exteriores. El gobierno indio se sirvió del prestigio internacional de su mandatario para fortalecer los valores democráticos y mejorar las condiciones sociales en el plano interior. Convertido en uno de los principales líderes del Tercer Mundo, Nehru adoptó una posición neutral frente a los dos grandes bloques. La India pasó entonces a ser un importante referente de los países no alineados, y tuvo un papel destacado en las conferencias de Bandung (1955) y Belgrado (1961).
Sin embargo, Nehru no pudo contener los brotes nacionalistas, que condujeron al conflicto de Cachemira, a la aplastante derrota india en el conflicto con China de 1962 y a la pérdida de Ladaj. A partir de entonces, el país empezó a perder su influencia entre las naciones afroasiáticas, y Nehru acabó por modificar su posicionamiento y acercarse cada vez más a Occidente.

Tito [Josip Broz]

(Kumrovec, Croacia, 1892 - Liubliana, Eslovenia, 1980) Creador y máximo dirigente del régimen comunista en Yugoslavia (1945-1980). Modesto obrero croata, Josip Broz se acercó al socialismo a través de la acción sindical. Al estallar la Primera Guerra Mundial (1914-1918), fue movilizado por el ejército austro-húngaro y cayó prisionero de los rusos. En Rusia se unió a los bolcheviques durante la Revolución rusa de 1917, para regresar luego a su país, recién integrado en un Estado de nueva creación: Yugoslavia. Tito actuó como agente de la Unión Soviética y dirigente del Partido Comunista Yugoslavo, que le eligió secretario general en 1937.

Tito [Josip Broz]
Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el país fue ocupado por la Alemania nazi (1941). Tito pasó a la clandestinidad y organizó la resistencia guerrillera contra los alemanes y los colaboracionistas, sin recibir ayuda ni de la Unión Soviética ni de los aliados occidentales. Los partisanos de Tito liberaron al país del ejército ocupante por sí mismos, circunstancia que determinó la instauración de un régimen político autónomo respecto a las dos superpotencias (la URSS y Estados Unidos) que se repartieron el mundo en la posguerra. En 1945 proclamó la República Popular Federativa de Yugoslavia (con un régimen comunista de partido único), en la que ejerció el poder hasta su muerte, primero como jefe de gobierno (1945-1953) y luego como presidente de la República (1953-1980).
A pesar de la afinidad ideológica con la Unión Soviética, Tito rompió las relaciones con Stalin en 1948, afirmando su «vía nacional» al socialismo frente a la voluntad de dominación soviética. En consecuencia, no se integró en los sistemas de alianzas del bloque soviético (COMECON y Pacto de Varsovia), entablando por el contrario relaciones comerciales con los países occidentales e impulsando un movimiento de países no alineados (junto con NasserNehru y otros).
La independencia política que le daba el hecho de ser la única de las «Repúblicas Populares» de Europa Oriental que no había surgido de la intervención soviética le permitió construir un régimen socialista original, descentralizado y autogestionario. Sin embargo, tanto el modelo económico del socialismo autogestionario como el modelo político de la federación yugoslava fracasaron; y las dificultades económicas y los conflictos nacionalistas impulsaron a Tito a endurecer gradualmente su dictadura hasta que murió. Sus sucesores fueron incapaces de frenar la descomposición del país, que tardó poco en llegar a la guerra civil.

Faruk I

(Faruk, Farouk o Faruq I de Egipto; El Cairo, 1920 - Roma, 1965) Rey de Egipto (1936-1952). Era hijo de Fuad I, a quien sucedió en 1936. Su reinado estuvo marcado por la hegemonía del partido Wafd, de inspiración nacionalista, que impuso recortes en los privilegios que el Reino Unido mantenía en Egipto como antigua potencia colonial. Pero su política quedó interrumpida por la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), que convirtió a Egipto en campo de batalla de británicos y alemanes.

Faruk I de Egipto
Al acabar la guerra, Faruk fue uno de los principales promotores de la Liga Árabe. Dicha organización declaró la guerra en 1948 al naciente Estado de Israel; pero, a pesar de la desproporción de los ejércitos contendientes, Israel se impuso y Egipto hubo de aceptar la existencia de un Estado judío en su frontera oriental (que no reconoció más que como una línea de alto el fuego).
El desprestigio de la monarquía, la corrupción y el resentimiento contra las potencias occidentales alimentaron un periodo de agitación social impulsada por la Hermandad Musulmana. La oposición nacionalista culminó en 1952, con un golpe de Estado encabezado por Gamal Abdel Nasser y Muhammad Naguib, que derrocó al rey y le hizo abdicar en su hijo de meses, Fuad II. Un año después se proclamaba la República y Faruk partía al exilio.

Mohammed Naguib

(Mohammed o Muhammad Naguib o Neguib; Jartum, 1901 - El Cairo, 1984) Militar y político egipcio. Fue uno de los organizadores de la revolución que derrocó al rey Faruk I y primer presidente de la República de Egipto de 1953 a 1954.
Hijo de un militar egipcio y de una sudanesa, recibió una refinada educación en el Gordon College de Jartum. Tras terminar sus estudios primarios ingresó en la Real Academia Militar de El Cairo, estancia que compatibilizó con sus estudios en la Universidad de El Cairo. Se graduó como oficial en 1918 y fue destinado al Ejército Real. Realizó una pausa en su carrera militar para doctorarse en política económica en la Universidad de El Cairo. Tuvo varios destinos durante la Segunda Guerra Mundial.
Una vez acabada la contienda pasó a ocupar diversos puestos administrativos, período durante el cual fundó la Revista del Ejército egipcio. Entre los cargos ocupados en la administración destacaron el de subgobernador de Sinaí y gobernador de las provincias fronterizas del Mar Rojo. Su actuación durante la derrota egipcia a manos de Israel en 1948, contienda en la que resultó herido, llamó la atención del grupo de militares agrupados en torno a Gamal Abdel Nasser en la Asociación de los Oficiales Libres, quienes le invitaron a unirse a ellos. Por su comportamiento en la campaña de Palestina fue ascendido a general de brigada y recibió de manos del rey Faruk I de Egipto la Orden Militar Fuad.

Gamal Abdel Nasser y Mohammed Naguib (1953)
En 1951 fue ascendido a mayor general. Fue el candidato de este grupo de oficiales en las elecciones a la presidencia, en las que derrotó al candidato apoyado por el rey Faruk. Éste, ante el aumento de popularidad del general, trató de frenar su carrera ascendente y ordenó su destitución, decisión que produjo el enfado en las filas del ejército, sobre todo cuando Faruk propuso para sustituir a Naguib a un oficial con una pésima hoja de servicio. Cuando a principios de 1952 el primer ministro Sirry Bajá intentó concederle la cartera de Guerra (Naguib era entonces gobernador militar de El Cairo), el rey paró su nombramiento.
Naguib participó en el golpe de Estado promovido por la asociación de los Oficiales Libres que derrocó al rey Faruk en julio de 1952. El 23 de julio anunció desde Radio El Cairo que los rebeldes habían tomado la capital, y que el movimiento actuaba en bien de la patria y dentro del marco de la Constitución. Ordenó la detención del jefe del Estado Mayor, Farid Bey, y otros altos cargos militares. El día 26 de julio anunció la abdicación del rey Faruk en su hijo de siete meses de edad, Fuad, y la salida de ambos del país. Sus compañeros decidieron que él debía de ser la imagen pública del régimen debido a su gran popularidad, por lo que fue nombrado comandante en jefe del Ejército, portavoz de la Junta Militar y ascendido al rango de mariscal.
En septiembre de 1952, tras la dimisión de Alí Maher, fue designado jefe de gobierno, ministro de Guerra y Marina y gobernador militar del país. El 17 de enero de 1953 decretó la supresión de todos los partidos políticos. Cuando el recién creado Consejo Directivo de la Revolución, el cual estaba formado por trece miembros, proclamó la República de Egipto el 18 de junio de 1953, Naguib fue nombrado su primer presidente. En política exterior trató de poner fin a las diferencias existentes con Gran Bretaña respecto al Canal de Suez Comenzó a aplicar una política conservadora, lo que produjo que poco a poco se fuera alejando de Nasser y sus seguidores.
Naguib deseaba el rápido regreso a un gobierno constitucional, que estimaba que debía ocurrir en el plazo de tres años tras la elaboración de una nueva Constitución. El 16 de septiembre se anunció el descubrimiento de una conspiración para derrocar al gobierno. Para juzgar a los acusados se creó un Tribunal Especial Revolucionario, que estaba capacitado para decretar penas de muerte, sin que su sentencia pudiese ser apelada a una instancia superior. Naguib se opuso a las condenas a muerte de varios dirigentes políticos de la monarquía decretadas por el Consejo Directivo de la Revolución.
Los enfrentamientos con sus antiguos camaradas, a causa de su intento de restaurar el viejo partido nacionalista Wafd, le llevaron a presentar su dimisión en febrero de 1954. El Consejo la aceptó alegando que Naguib trataba de imponer una política autocrática. Las numerosas peticiones procedentes de la sociedad civil y de ciertos sectores del ejército le hicieron reconsiderar su decisión. Nasser, quien había consolidado su posición como jefe de gobierno, aceptó algunas de las propuestas de Naguib, entre las que destacaban la legalización de los partidos políticos y la convocatoria de una Asamblea Constituyente para elaborar una nueva Constitución.
Pese a ello, Naguib fue derrocado de la presidencia de la República el 14 de noviembre de 1954 por Nasser, quien pasó a ocupar la más alta magistratura del país. Fue arrestado y acusado en un escrito, presentado ante el Tribunal Popular, de simpatizar con la organización ilegal de los Hermanos Musulmanes y de estar implicado en un fallido intento de asesinato sobre Nasser con el fin de derribar el régimen.
Naguib fue confinado a su residencia de Zeitum en las afueras de El Cairo, donde permaneció bajo arresto domiciliario durante diecisiete años. En 1971 el nuevo presidente egipcio, Anwar el-Sadat, suprimió todas las medidas que limitaban su libertad de movimientos dentro de las acciones emprendidas para desmantelar el sistema político establecido por Nasser. Naguib pasó sus últimos años apartado de la vida política y militar.

Gamal Abdel Nasser

(Alejandría, 1918 - El Cairo, 1970) Político y militar egipcio, presidente de la república egipcia entre 1954 y 1970. Hijo de un funcionario de correos, acudió a la escuela primaria en al-Khatatibah, una aldea en el delta del Nilo a la que aquel había sido destinado. Prosiguió sus estudios en El Cairo y participó en las frecuentes manifestaciones antibritánicas y antimonárquicas, lo que le supuso su primer ingreso en prisión a los diecisiete años, acusado de conspiración. Tras la enseñanza secundaria y una breve estancia en una escuela de derecho, en 1937 fue autorizado a ingresar en la Real Academia Militar cairota y tres años después se graduó como subteniente.

Gamal Abdel Nasser
En 1948 combatió en la guerra contra Israel antes de ser hecho prisionero, y posteriormente sirvió en Sudán, entonces bajo condominio anglo-egipcio. Nasser, a la sazón comandante, estableció contacto con otros jóvenes oficiales, igualmente descontentos con la derrota de los ejércitos árabes frente al pequeño Estado judío y la incompetencia y corrupción de la monarquía reinante, y en 1949 formaron la organización revolucionaria clandestina de los Oficiales Libres.
Nasser y sus compañeros, inspirados por un pujante nacionalismo árabe y los métodos de acción política de los Hermanos Musulmanes, maduraron su conspiración para derrocar al régimen del rey Faruq I. En la noche del 22 de julio de 1952, el Comité de Oficiales Libres dirigió con éxito un golpe de Estado incruento que inauguraría un ciclo de revoluciones de similar signo en el mundo árabe. Nasser, ya con el rango de coronel, asumió la jefatura del Consejo de la Revolución y la comandancia de las Fuerzas Armadas, mientras que el general Muhammad Naguib, nominalmente el líder del movimiento, tomó la jefatura del Gobierno y, desde 1953, también la presidencia de la nueva República.
El 18 de julio de 1953, coincidiendo con la abolición de la monarquía, Nasser fue nombrado viceprimer ministro y ministro del Interior, puestos desde los que reveló a los observadores su condición de hombre fuerte del nuevo régimen. La pugna entre Naguib, un moderado favorable al acuerdo con los países occidentales y a recuperar a sectores liberales de la monarquía, y Nasser, partidario de iniciar un movimiento nacionalista panárabe contra Israel y de adoptar el neutralismo frente a las superpotencias, se saldó a favor del segundo, que el 25 de febrero de 1954 se aupó a la jefatura del Gobierno y el 14 de noviembre destituyó definitivamente a Naguib y asumió la presidencia de la República. Días atrás, el 29 de octubre, la mayoría de los dirigentes de los Hermanos Musulmanes habían sido detenidos al acusarse a esta organización de planear un complot contra la vida de Nasser.
El 23 de junio de 1956 Nasser sometió a referéndum popular un proyecto constitucional que convertía a Egipto en una república socialista árabe de partido único (la Unión Nacional, creada por decreto el 28 de mayo de 1957), con un sistema presidencialista fuerte y el Islam como religión oficial. Gamal Abdel Nasser se presentó además a las elecciones presidenciales, de hecho un plebiscito al ser su candidatura la única permitida. El pueblo egipcio se pronunció favorablemente en ambas consultas con prácticamente el 100% de los votos.
La política exterior del nuevo Egipto nasserista dio un viraje radical. El 5 de febrero de 1955 el dirigente yugoslavo Josip Broz «Tito» lo recibió en Brioni para explicarle su propuesta de un tercer bloque mundial de países no alineados. Nasser fue uno de los participantes más destacados de la célebre Conferencia de Bandung (18-24 de abril de 1955), y los días 17-21 de julio de 1956 volvió a reunirse con Tito en Brioni junto con el primer ministro indio Jawaharlal Nehru; quedó así definido el trío de grandes líderes del Tercer Mundo hasta mediados de los años sesenta.
El gran sueño de Nasser era aunar a los divididos pueblos árabes bajo el liderazgo egipcio para plantar batalla al enemigo irreconciliable, Israel, y lograr la verdadera independencia de Egipto, tanto en el campo político como el económico, perdida de hecho desde que las invasiones persas derribaron al último faraón hacía 2.500 años. Nasser desarrolló la reforma agraria (puesta en marcha el 8 de septiembre de 1952) y sometió la actividad económica al Estado. Dirigió personalmente las negociaciones con el Reino Unido para la retirada de sus tropas del Canal de Suez, concluidas con acuerdo el 19 de octubre de 1954.
Puntal de los proyectos de desarrollo era la gran presa de Assuán, en la primera catarata del Nilo, con el fin de producir la electricidad necesaria para la modernización de la economía y ganar al desierto tierras para el cultivo. Al principio se dirigió al Banco Mundial, Estados Unidos y el Reino Unido en busca de financiación. Las conversaciones comenzaron el 17 de octubre de 1955 con el malestar de Washington, pues el 27 de septiembre anterior Nasser reconoció que la URSS y Checoslovaquia habían accedido a suministrarle material bélico, hecho de gran significación, pues quebraba el monopolio armamentístico de Occidente en Oriente Próximo. El 20 de julio de 1956, el gobierno americano canceló su oferta de ayuda aduciendo que el dirigente egipcio había incluido a los soviéticos en la empresa, decisión que secundó el gobierno británico al día siguiente. La tensión no repercutió en la retirada británica en curso, y el 18 de junio el último soldado inglés abandonó Egipto.
La respuesta de Nasser al boicot occidental fue espectacular y provocó un terremoto internacional: el 26 de julio anunció en un discurso en Alejandría la nacionalización del Canal de Suez y la prosecución del proyecto de Assuán sin los fondos solicitados. Nasser quiso así presionar a Occidente como medio para obtener la financiación de la presa y de paso ganó la adhesión entusiasta de las masas árabes, convirtiéndose en el campeón del emergente Tercer Mundo. Pero su osada apuesta tenía gravísimas implicaciones económicas y estratégicas para el Reino Unido y Francia, los principales accionistas del Canal.
Alarmados, los gobiernos británico y francés negociaron secretamente con el israelí (interesado por su parte en poner fin al cierre de Suez para sus buques, vigente desde 1949, y al más reciente del Golfo de Akaba, la salida al Mar Rojo, desde septiembre de 1955) la organización de un ataque conjunto contra Egipto para librarse de Nasser, su enemigo común. El complot militar quedó decidido en una conferencia en Sêvres los días 22-24 de octubre. El plan establecía que Israel invadiría el Sinaí; las operaciones militares pondrían en peligro la seguridad del Canal, ante lo cual Londres y París instaron a Israel y Egipto a poner fin a las hostilidades; Israel aceptó y Egipto, presumiblemente, no, ofreciendo el pretexto para la intervención franco-británica dirigida a ocupar el Canal.
La ofensiva israelí comenzó el 29 de octubre con un ataque sorpresa que hizo grandes progresos en el Sinaí y penetró hasta las cercanías del Canal a la altura de Ismailía. El día 30 Londres y París presentaron su ultimátum, Egipto lo rechazó y al día siguiente los aliados comenzaron a bombardear los aeródromos egipcios y enviaron paracaidistas a Port Said e Ismailía, a las que se sumó Suez el 5 de noviembre.
Nasser no tenía ninguna posibilidad de derrotar militarmente a sus atacantes, pero la indignación internacional y las presiones conjuntas de EE.UU. y la URSS para el cese de la intervención jugaron a su favor. La ONU exigió la retirada aliada y reconoció la soberanía egipcia sobre el Canal, el 6 de noviembre se llegó a un alto el fuego y el 22 de diciembre reembarcó el cuerpo expedicionario franco-británico. Nasser completó su victoria al año siguiente con la retirada israelí del Sinaí, una vez obtenido el gobierno judío (29 de marzo de 1957) el levantamiento de los bloqueos navales de Suez y Akaba.
Los años inmediatos a la crisis de Suez marcaron el apogeo del Egipto nasserista y el fortalecimiento de la colaboración con la URSS. Fuerzas políticas y movimientos militares tomaron el discurso panarabista y socialista del rais en otros países de la región. El 1 de febrero de 1958 Nasser y su homólogo sirio Shukri al-Kuwatli anunciaron en El Cairo la unión de ambos países en un solo Estado que tomó el nombre de República Árabe Unida (RAU), al que se sumó Yemen el 2 de marzo. Sin embargo, en Siria pronto surgió descontento por el centralismo egipcio y el autoritarismo del ejecutivo presidido por Nasser, y el 28 de septiembre de 1961 un golpe de Estado militar en Damasco provocó la separación del país. Nasser no se opuso al hecho y mantuvo el nombre de República Árabe Unida para Egipto.
En 1958 realizó una triunfal gira de tres semanas por la URSS; en la Plaza Roja de Moscú pasó revista junto con Nikita Kruschev al desfile del Primero de Mayo. En 1964 recibió la mayor condecoración de la URSS, Héroe de la Unión Soviética, que nunca antes fuera concedida a un extranjero. Aunque la luna de miel con Moscú no se libró de serias fricciones (por la persecución de comunistas durante la unión con Siria, la denuncia de los comunistas iraquíes y la absorción del PC egipcio por el partido oficial en 1965), lo cierto es que Egipto recibió el 43% de toda la ayuda soviética al Tercer Mundo entre 1954 y 1971. Los dirigentes soviéticos también comprendieron que, como otros líderes del Tercer Mundo, Nasser era ideológicamente insobornable y el trato hacia él debía ser más respetuoso que el aplicado a los regímenes comunistas de Europa del Este.

Nasser
Al comenzar la década de los sesenta Nasser acentuó el dirigismo estatal y socializante de la economía, extendió las nacionalizaciones a los bancos y las compañías de seguros nacionales (las firmas francesas y británicas lo habían sido el 15 de enero de 1957) y a los astilleros y diversas empresas industriales (julio de 1961), y decretó una segunda reforma agraria (1962). Su poder interno, que nadie osaba contestar por la eficacia de los métodos policíacos, se consolidó con la presentación, el 21 de marzo de 1962, de una Carta Nacional que sustituía a la Unión Nacional por la Unión Socialista Árabe (USA, constituida formalmente el 24 de septiembre de 1962) como partido único y definía los principios socialistas de la República. El 15 de marzo de 1965 su presidencia fue nuevamente plebiscitada en las urnas.
Pese a los reveses de su proyecto panárabe, Nasser no había perdido un ápice de su enorme prestigio en el mundo árabe. El Cairo y Alejandría fueron escenario de numerosas conferencias de estadistas que hacían balance de los avances en la unión árabe y diseñaban estrategias de actuación contra Israel. En 1964 la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) fijó su primera sede en El Cairo y, hasta la llegada de Yasser Arafat a su jefatura en 1969, Nasser mantuvo un importante control e influencia sobre un movimiento que consideraba instrumental en la lucha contra Israel y que no quería perder de vista por su nacionalismo particular, a menudo radical. Por otro lado, el 13 de mayo de 1964 obtuvo un gran éxito de propaganda con la inauguración de la presa de Assuán, construida con la ayuda soviética, que entró en servicio en 1968.
El creciente belicismo frente a Israel de Nasser, víctima de su propia retórica y de la imagen heroica que había creado de sí mismo, alcanzó un punto de no retorno en 1967. Repitiendo la escalada de 1956, el 17 de mayo exigió a la ONU la retirada de los cascos azules de la UNEF (que desde 1957 se interponían entre ambos ejércitos en el Sinaí y Gaza), cerró Akaba a la navegación israelí, desplegó tropas en la frontera y fortificó las defensas de Sharm El Sheik, en el extremo sur de la península del Sinaí, frente al Estrecho de Tirán y la salida al Mar Rojo. Mal informado por los soviéticos, Nasser estableció una alianza militar con Siria y Jordania y redobló sus amenazas.
Creyendo en la inminencia de un ataque, el 5 de junio Israel lanzó una formidable ofensiva que en las primeras horas aniquiló a la aviación egipcia en sus aeródromos y arrolló las defensas terrestres del Sinaí. El día 8 las unidades israelíes completaron la ocupación de la península y alcanzaron el Canal por tres puntos, Port Said, Ismailía y Suez. En cuatro días de lucha el ejército egipcio había sido desbaratado con un balance 11.000 soldados muertos, 5.600 prisioneros, 1.000 vehículos de transporte y 700 tanques destruidos, y 70.000 toneladas de munición y equipos perdidas. Las mejores tropas egipcias -40.000 hombres- combatían en Yemen y no pudieron llegar a tiempo.
Nasser, que siempre había insistido en que no entraría en otra guerra con Israel hasta que no se dieran las condiciones de la superioridad militar y la unidad árabes y el aislamiento diplomático del Estado judío, acusó primero a Estados Unidos de participar en los bombardeos (lo que no era cierto), por lo que rompió las relaciones diplomáticas y cerró el Canal a toda la navegación. Pero el día 9, abrumado por el desastre, aceptó públicamente sus responsabilidades y puso su cargo a disposición del país, lo que no fue aceptado por el Parlamento y la población, que volvió a aclamarle en manifestaciones masivas. No obstante, tras la derrota en la guerra de los Seis Días, Nasser ya no sería el mismo.
En los últimos años de su vida Nasser adoptó una actitud sensiblemente más realista frente a Israel, pese a las declaraciones incendiarias sobre la reconquista de los territorios ocupados y a la continuación de enfrentamientos esporádicos de mayor o menor gravedad, dentro de la extraña "guerra de desgaste" que se prolongaría hasta la cuarta conflagración, en 1973. El 17 de julio de 1970 aceptó el Plan Rogers de Estados Unidos, que establecía un compromiso de aceptación de la resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU, un alto el fuego en el Canal durante 90 días y su eventual desmilitarización en una franja de 20 kilómetros, así como su reapertura al tráfico naval. Nasser se había encontrado en su viaje a Moscú el 29 de junio anterior con que los soviéticos le condicionaban la entrega de armas a la aceptación del plan.
El último servicio de Nasser a la nación árabe fue su mediación en el Septiembre Negro jordano, la sangrienta guerra civil entre el ejército hachemita y los fedayin palestinos de la OLP. El 27 de septiembre de 1970 consiguió en El Cairo que el rey Hussein de Jordania y Yasser Arafat firmaran un cese de hostilidades, pero a pesar de su amplia sonrisa durante el acto, gesto que siempre acompañó a su exuberante personalidad e imponente físico, Nasser estaba agotado y al día siguiente, 28 de septiembre, un fulminante ataque cardíaco acabó con su vida. El 1 de octubre cinco millones de egipcios rindieron, entre escenas de histeria, homenaje a su líder desaparecido, luto que fue mantenido en muchos países de Oriente Próximo, África y el mundo islámico en general.

Abdullah I de Jordania

(Abd Allah o Abdullah ibn Hussein o Husayn, también llamado Abd Allah o Abdullah I de Jordania; La Meca, 1882 - Jerusalén, 1951) Fundador del Reino de Jordania. Pertenecía a la familia Hachemita, que se decía descendiente de Mahoma y controlaba la ciudad santa de La Meca. Su educación, sin embargo, transcurrió en Estambul, capital del Imperio Otomano, que dominaba por entonces el Medio Oriente. Tras la revolución de los Jóvenes Turcos en 1908, el nuevo gobierno otomano nombró a su padre, Husayn Ibn Alísharif de La Meca y protector de los lugares santos del Islam; Abdullah pasó a representar a su provincia (Hedjaz) en el nuevo Parlamento turco.

Abdullah I de Jordania
Desde entonces participó activamente en el movimiento nacionalista árabe, que reclamaba mayor autonomía dentro del imperio. Fruto de estas actividades fue su apoyo a la revuelta árabe que estalló en 1916, en el marco de la Primera Guerra Mundial, y que colaboró militarmente con los británicos para expulsar a los turcos de la región.
Después de la guerra, el Congreso Nacional Árabe reunido en Damasco (1920) le designó rey de Irak, al tiempo que otorgaba a su hermano Faisal el reino de Siria. Pero la toma de Damasco por los franceses impidió llevar tales decisiones a la práctica, por lo que Abdullah tuvo que conformarse con el ofrecimiento británico de reinar sobre Transjordania, una entidad territorial de nueva creación en la margen oriental del Jordán (su hermano, en cambio, inició su reinado como Faisal I de Irak en 1921). Abdullah era emir de un territorio con amplia autonomía (desde 1927), administrado por Gran Bretaña como mandato de la Sociedad de Naciones; los británicos le concedieron la independencia en 1946, en reconocimiento de su colaboración durante la Segunda Guerra Mundial (Abdullah había ayudado a reprimir un intento de golpe favorable al Eje en Irak en 1941).
La base del nuevo Estado era la Legión Árabe, un ejército entrenado y armado por los británicos desde 1928. Gracias a esa fuerza, Transjordania consiguió durante la primera guerra árabe-israelí de 1948 apoderarse de los territorios de la otra orilla (Cisjordania), que no tardó en anexionarse, cambiando su nombre por el de Reino Hachemita de Jordania (1949).
Aquella acción contrarió las aspiraciones independentistas de los palestinos y los intereses del resto de los países árabes; además, los nacionalistas árabes veían en Abdullah a un moderado, próximo a llegar a un entendimiento con el nuevo Estado de Israel. En 1951 fue asesinado por un joven radical a la entrada de la mezquita. Le sucedió su hijo Talal y, un año más tarde, su nieto Hussein de Jordania.

Hussein de Jordania

(Husayn o Hussein I de Jordania; Ammán, Jordania, 1935 - id., 1999) Rey de Jordania. Hijo del rey Talal I y nieto de Abdullah ibn Hussein, fue educado en el Reino Unido. En 1952 subió al trono de Jordania tras la abdicación de su padre; el inicio de su reinado se caracterizó por su nacionalismo. Enfrentado al panarabismo del presidente egipcio Gamal Abdel Nasser, fue objeto de numerosas conspiraciones y atentados, aunque, finalmente, aceptó aliarse con Egipto y Siria en 1967.

Hussein de Jordania
La guerra de los Seis Días (1967), que enfrentó a Egipto, Jordania y Siria contra Israel, se saldó con una dura derrota frente a los israelíes, la pérdida de Cisjordania y el consiguiente establecimiento en suelo jordano de grupos palestinos. El desafío a su autoridad por parte de los guerrilleros palestinos le obligó a enviar contra ellos al ejército en el llamado «Septiembre Negro» de 1970. Desde entonces se aproximó políticamente a Estados Unidos, procuró la paz con Israel y bloqueó la reformas políticas, si bien a finales de los ochenta procedió a democratizar y compartir el poder: mayores atribuciones al primer ministro y renovación de la Asamblea parlamentaria (1989).
A pesar de ser aliado de Estados Unidos, Hussein de Jordania se avino a prestar su apoyo a las reivindicaciones de la OLP con respecto a los territorios ocupados, y se puso del lado de Saddam Hussein durante la guerra del Golfo (1990-1991), consciente de que ésta era la voluntad de su pueblo. Pero aunque la presión popular y los vínculos con la OLP le forzaban a adoptar una posición proiraquí, intentó sin conseguirlo una solución diplomática al conflicto, y al estallar la guerra evitó un enfrentamiento directo con las potencias occidentales.
Finalizada la guerra del Golfo, Hussein intervino en la firma de los acuerdos de paz entre Israel y la OLP en 1993. En 1994 firmó un acuerdo de paz y de cooperación económica con Israel, y fue uno de los principales valedores del diálogo en la región hasta su fallecimiento. Le sucedió su hijo Abdalá II. Por su capacidad para navegar entre dos aguas en las situaciones más difíciles, que no fueron pocas en sus más de cuarenta años de reinado, Hussein de Jordania fue definido como "el gran superviviente" de los políticos de oriente próximo.