Durante la Nochebuena de 1837, en una habitación de un palacio de Ludwigstrass en Munich, llega al mundo una pequeña niña cuyo destino ya estaba marcado. Sissi se convirtió en reina de Austria cuando tenía tan solo 16 años. Gobernó durante 44 años, hasta su muerte, por lo que ostenta el título de la Emperatriz de Austria con más años de servicio en la historia.
Isabel fue la cuarta hija del duque Maximiliano José de Baviera y la princesa Ludovika de Baviera. El duque Maximiliano era un poco excéntrico y bastante más progresista en sus ideales que sus compañeros aristócratas europeos, lo que influyó de forma determinante en las creencias y la educación de la joven Sissi.
Mientras crecía en el castillo de Possenhofen, la joven Sissi era despreocupada y vivía un estilo de vida muy relajado sin rígidos protocolos de clase. Ni siquiera asistió a sus clases. A lo largo de su infancia, Isabel se encontraba muy unida a su hermana mayor, Elena.
Sisi estaba obsesionada con su belleza y también con el ejercicio. Con su gran estatura de 172 cm, apenas pesaba 50 kilogramos o menos, gracias a que ayunaba muy asiduamente. Estaba obsesionada por su peso (sufría anorexia nerviosa). Tanto es así que la circunferencia de su cintura era de solo 40 centímetros (muy lejos de los 60 centímetros, asociados en su momento a las modelos). Tenía el cabello de color castaño y muy, muy largo. Se lo peinaba durante tres horas al día y usaba muchos productos de belleza. Entre sus manías, que eran muchas, se ponía paños empapados en vinagre sobre la cadera con la intención de que no aumentaran de tamaño. Y pedía que le lavaran el pelo con una mezcla de yema de huevo y coñac una vez cada dos semanas.
La joven Siisi estudió idiomas: húngaro, griego antiguo y moderno, inglés y francés.
Aunque había sido advertida de posibles intentos de asesinato, Sisi viajó a Ginebra disfrazada durante 1898 a la edad de 60 años. Mientras ella y su dama de compañía caminaban por el paseo marítimo, el anarquista italiano de 25 años Luigi Luccheni, que anteriormente había trabajado como ayuda de cámara del Príncipe de Aragón, la apuñaló con una lima afilada. Sisi se derrumbó y perdió el conocimiento. Llegó al bote en el que había planeado viajar, pero necesitaba atención médica inmediata. Sin embargo, cuando llegó al hotel ya era demasiado tarde. Era el 10 de septiembre de 1898.