El 23 de diciembre de 1933 nacía en Tokio el actual emperador emérito Akihito. Su majestad imperial lo fue durante 30 años. Abdicó al trono el 30 de abril de 2019.
El destino de Tsugu Akihito estaba en parte escrito cuando nació en 1933. Es el quinto hijo del emperador Hirohito y la emperatriz Nagako. El Príncipe, que tenía el título personal de "Príncipe Tsugu" como joven miembro de la Familia Imperial, fue educado en privado por tutores como la mayoría de la realeza de su generación. Sin embargo, también asistió a primaria y secundaria de la Escuela de Compañeros. Más tarde estudiaría ciencias políticas en la Universidad Gakushuin, pero no llegó a graduarse.
Vivió fuera de Tokio durante los últimos años de la Segunda Guerra Mundial, pero regresó tras la guerra. Debido a los cambios que la guerra había traído a la sociedad japonesa -como la eliminación del poder del emperador para gobernar de otra forma que no fuera ceremonial-, la educación de Akihito se amplió para incluir enseñanza del inglés y de la cultura occidental. Su tutora fue la bibliotecaria Elizabeth Gray Vining.
Una vez alcanzada la mayoría de edad, en 1952, fue investido como heredero del trono japonés. Siete años más tarde, rompiendo una tradición de 1.500 años de antigüedad, se casó con una plebeya, Shōda Michiko, que era hija de un rico hombre de negocios. Su primer hijo, el príncipe heredero Naruhito, nació el 23 de febrero de 1960; le siguieron el Príncipe Akishino (nacido el 30 de noviembre de 1965) y la Princesa Nori (el 18 de abril de 1969).
Akihito ha sido emperador de Japón durante 30 años, desde 1989 a 2019. Como vástago de la familia imperial más antigua del mundo, fue, según la tradición, el descendiente directo número 125 de Jimmu, el legendario primer emperador de Japón.
Su reinado, designado como Heisei ("Logrando la paz"), estuvo marcado por ambos regentes como embajadores de buena voluntad de Japón.
A los 82 años difundió un discurso a través de televisión en el que expresaba su deseo de abdicar debido a su frágil estado de salud, apelando a los legisladores japoneses para alterar la Ley de la Casa Imperial de 1947, que no incluía un modus operandi para la abdicación. Finalmente, fue promulgada una ley especial para permitirle abdicar y el 30 de abril de 2019, el emperador renunció a su cargo y pasó el trono al Príncipe Heredero Naruhito quien desde el 1 de mayo de 2019 se convirtió en el nuevo emperador de Japón.