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martes, 14 de enero de 2020

John Lee Hooker


(Clarksdale, 1917 - 2001) Cantante y guitarrista de blues estadounidense que fue el creador y máximo exponente del boogie, una derivación cruda y contundente del blues tradicional cuya influencia en el rock ha sido incalculable: desde los Rolling Stones o The Doors hasta Carlos Santana han interpretado sus canciones.

John Lee Hooker nació el 22 de agosto de 1917 en una granja cerca de Clarksdale, Mississippi. En varias ocasiones cambió él mismo su fecha de nacimiento, situándola entre 1917 y 1923, y a su muerte su familia tuvo que confirmar la fecha auténtica. Hijo de William Hooker, aparcero y pastor de la Iglesia baptista, y Minnie Ramsey, John creció junto con seis hermanos y cuatro hermanas en un ambiente en el que sólo estaba permitida la música religiosa.
Durante su infancia vivió el traslado a otra granja en una plantación cercana, donde conoció a los bluesman Snooky Pryor y Jimmy Rogers (entonces Jimmy Lane). Sus padres se separaron en 1928 y John fue el único hermano que quedó al cuidado de su madre. Su padrastro fue el músico local de blues William Moore, que le enseñó a tocar la guitarra cuando tenía trece años. Hooker relató posteriormente que gracias a él conoció, de pequeño, a leyendas como Blind Lemon Jefferson o Charlie Patton, que iban de visita a su casa.
En 1931 inició una serie de traslados, a menudo como vagabundo, hacia el norte industrial, destino común de los negros sureños de su generación. Primero recaló en Memphis, donde vivió en casa de una tía, trabajó en cines locales y tocó con Robert Lockwood. En 1935 se trasladó a Cincinnati, donde alternaba trabajos de limpiabotas o de acomodador en teatros con actuaciones en grupos de gospel. Después de un período en el ejército, se instaló en Detroit en 1943, donde se casó dos veces (con su segunda mujer, Maude Mathis, tuvo seis hijos).
Los inicios de su carrera musical
En Detroit cimentó su carrera musical, al convertirse en una de las atracciones de los locales de Hasting Street, en el corazón del barrio negro de la ciudad. Dice la leyenda que el guitarrista T-Bone Walker le dio su primera guitarra eléctrica, con la cual Hooker inventó su estilo inconfundible, una mezcla del blues rural del sur con el rhythm and blues electrificado de Chicago que popularizaron Muddy Waters o Howlin Wolf.
Elmer Barbee, su mánager, le consiguió en 1948 la grabación de su primer sencillo, Boogie Chillen, publicado en la costa Oeste por Modern Records. Fue un éxito inmediato y vendió un millón de ejemplares. También en 1949 publicó clásicos como Hobo blues y Crawling King Snake, y en 1951 el éxito I’m in the mood, con el que logró el número uno en las listas de ventas. También publicó bajo diferentes seudónimos, como John Lee Booker, Johnny Williams o John Lee.
En sus primeras grabaciones tocaba él solo con su guitarra y marcando el ritmo con el pie, o con el acompañamiento esporádico de otro guitarrista. Por entonces actuaba con banda, pero los expertos presumen que su peculiar sentido del ritmo le hizo prescindir de ella en el estudio. Ello no le impidió tener un notable éxito y dar giras por todo el circuito rhythm and blues del país.
Varias generaciones de discípulos
El correoso boogie de Hooker fue un paso fundamental hacia lo que sería el rock and roll de Elvis Presley. En 1955 acabó su contrato con Modern Records y fichó por la compañia Vee Jay, de Chicago, que publicó los clásicos Dimples y Boom boom. Por entonces ya había dejado de grabar solo, lo que resultaba un tanto anacrónico para su época.
Sin embargo, a finales de la década, con el estancamiento del mercado del rhythm and blues, encontró una audiencia entusiasta entre el público blanco seguidor del folk tradicional. De esa época son sus grabaciones de nuevo solo y con guitarra acústica, en las que rememoraba sus orígenes rurales en el delta del Mississippi. Con ellas logró repercusión internacional y empezó a realizar giras por todo el mundo.
Su inimitable estilo, que prescindía de la rima y a veces hasta de seguir el ritmo, marcó a varias generaciones de músicos, desde Bob Dylan, que fue su telonero en Nueva York en 1960, hasta las ruidosas bandas de rhythm and blues británicas de los años sesenta, como los Rolling Stones, los Yardbirds o los Animals.
Discos como Black snake (1959), Wednesday evening blues (1960) o Birmingham blues (1963) afirmaron su prestigio a ambos lados del Atlántico. En 1970 se acercó de nuevo a las corrientes de moda al grabar el álbum Hooker ‘n’ Heat con Canned Heat, discípulos suyos igual que tantas otras bandas sureñas, como ZZ Top. En 1979, ya convertido en una figura legendaria, hizo una breve aparición en la película Blues Brothers.
Tras pasar la mayor parte de los años setenta y ochenta de gira, en 1989 publicó The healer, con colaboraciones de Carlos Santana, Bonnie Raitt y Los Lobos. Aquel álbum fue uno de los elementos clave del renacer del interés por el blues en los años noventa, gracias a un público cada vez más interesado por la música «con raíces».
Paradójicamente, John Lee Hooker no conoció las ventas millonarias ni la fama hasta la última década de su vida, lo que explica su inusitada actividad en esos años. The healer, publicado cuando tenía setenta y dos años, fue su disco más vendido, y desde entonces publicó otros cinco, el último de ellos The best of friends, publicado en 1998. Con Chill out (1996) ganó un Grammy, el mismo año en que participó en el Festival por la Libertad del Tibet junto a jóvenes figuras como Smashing Pumpkins, Fugees o Red Hot Chili Peppers. También prestó su venerable aunque dura imagen para varios anuncios publicitarios en Estados Unidos. Su rostro apareció también en sellos de Tanzania y su música sirvió de banda sonora para innumerables películas y anuncios televisivos de diferentes países.
La muerte sorprendió a Hooker pocos días después de su último concierto, en un local de Santa Rosa, California, confirmando el viejo mito del bluesman que se despide agarrado a su guitarra y cantando. «Esto ha sido totalmente inesperado. Tuvo a la audiencia a sus pies tres o cuatro veces el pasado sábado. Le gustaba el contacto con el público, y a pesar de su avanzada edad, no dejó de actuar hasta el final», declaró su agente, Rick Bates, a la agencia Rosebud. La desolación que su pérdida causó en el mundo de la música la expresó como nadie uno de sus más rendidos admiradores, el cantante irlandés Van Morrison: «Es difícil acostumbrarse a un mundo sin él», dijo.
Pocas semanas antes de su muerte, se había publicado su última grabación: una colaboración para el disco de tributo a los Doors Stoned immaculated. En ella superpuso su voz al clásico Roadhouse blues, en una inverosímil reunión con otro mito irrepetible, Jim Morrison, conseguida gracias a la tecnología.

Daniel Day-Lewis


(Daniel Michael Blake Day-Lewis; Londres, 1957) Actor británico nacionalizado irlandés, considerado por la crítica especializada uno de los más completos de su generación. Sumamente meticuloso y perfeccionista, muy selectivo en la elección de los papeles y celoso de su intimidad frente a los focos mediáticos, ha merecido en tres ocasiones el Oscar al mejor actor protagonista por sus interpretaciones en Mi pie izquierdo (1990), Pozos de ambición (2008) y Lincoln (2012).
Predestinado al éxito, este tauro convencido de su talento y enemigo declarado de la prensa rosa tuvo por padre a Cecil Day-Lewis, reconocido poeta inglés. Al nacer, su progenitor le dedicó unos versos acaso premonitorios: “Qué pedacito de hombre he tenido, / ¡qué potencia tiene, / aunque sin fuerza todavía y desnudo como / una nuez sin cáscara!”. Jill Balcon, su madre, fue actriz de teatro, y el padre de ésta, Sir Michael Balcon, un reputado productor cinematográfico. Progresistas, cultos y concienciados, Cecil y Jill matricularon a su hijo en un colegio público de Londres. Como Daniel tendía a juntarse con chicos de mala reputación, pronto optaron por variar de rumbo pedagógico y lo mandaron a un internado en Kent. Allí el muchacho se aburrió hasta morir de la bien conocida disciplina inglesa y sólo en las clases de teatro encontró un rayo de esperanza.
Con sólo catorce años el futuro actor apareció fugazmente en su primera película, Domingo, maldito domingo (un olvidado pero inspirado drama de John Schlesinger), dando vida a un gamberro de ésos que tan bien conocía. Después de este bautismo escénico, cambió de nuevo de internado, aunque en este caso se trataba de una escuela mucho más abierta, donde perfeccionó sus aptitudes interpretativas y descubrió la que a la postre sería una de sus grandes aficiones, la carpintería.
Fogueado en la Escuela Teatral Old Vic de Bristol, donde estudió algunos años, logró ganarse el pan con puntuales apariciones en producciones televisivas que fue alternando con actuaciones en el teatro. En 1982 se hizo con un papel muy secundario en Gandhi, el monumental biopic de Richard Attenborough en que Ben Kingsley encarno a Mahatma Gandhi, y quedó acreditado por primera vez con su nombre artístico. Dos años más tarde, en The Bounty, adaptación del clásico naval, pudo vérsele ya en un rol de cierta enjundia.
Pero sin duda fue en Mi hermosa lavandería (la película que en 1985 dio fama internacional a su director, Stephen Frears) donde por fin se pudieron intuir las potencialidades de Daniel Day-Lewis. Stephen Frears, a la sazón un director independiente y lleno de ideas, especializado en contar historias urbanas de perdedores en la Inglaterra de la era Thatcher, supo motivar al máximo a un Lewis que comenzó a alimentar su fama de actor muy perfeccionista, necesitado de estudiar sus personajes con una minuciosidad rayana en lo patológico. Este rasgo lo emparentaba con uno de los actores más admirados por el intérprete londinense: Robert de Niro.
Sin embargo, no sería hasta 1989 cuando llegaría su consagración definitiva al interpretar el papel de un discapacitado que había conseguido emplear su pie izquierdo para pintar cuadros. El filme, titulado precisamente Mi pie izquierdo, fue la primera de sus colaboraciones con el realizador Jim Sheridan y le proporcionó el Oscar al mejor actor principal y el premio al mejor actor del London Critics Circle Film, así como el premio al mejor actor en los BAFTA e idéntica distinción por parte de la National Society of Film Critics. Lewis llegó a pasar meses y meses conviviendo con discapacitados, y durante el rodaje no se movía de la silla de ruedas para introducirse plenamente en el rol. Ese mismo año inició una relación sentimental con la actriz francesa Isabelle Adjani, con la que tendría un hijo, Gabriel-Kane.

Daniel Day-Lewis en Mi pie izquierdo (1989)
En ese mismo período comenzó a granjearse la fama de actor extremadamente selectivo en la elección de sus papeles. Rehusó trabajar en títulos de gran taquillaje como Philadelphia o Entrevista con el vampiro, decisiones de las que se beneficiaron, respectivamente, Tom Hanks y Tom Cruise. También recibió excelentes críticas por su montaje del Hamlet de Shakespeare sobre las tablas del National Theater, una colaboración maratoniana que abandonó exhausto después de una larga lista de representaciones.
Otro trabajo para el que requirió un proceso de adaptación previa fue El último mohicano (1992, M. Mann). Una intensa preparación física le permitió incrementar en diez kilos su masa muscular. También aprendió a disparar, a navegar en canoa y a despellejar animales para retratar con verosimilitud el carácter de su personaje. El filme supuso su mayor éxito comercial hasta la fecha.
En 1993 repitió con Jim Sheridan en el drama En el nombre del padre, que narraba el caso real de un padre y un hijo injustamente encarcelados por presunta pertenencia al IRA. No deja de ser curioso que ese mismo año Lewis adoptara la ciudadanía irlandesa y adquiriera en la República de Irlanda una hermosa villa rural denominada Castlekevin. Fue un año intenso en su carrera, pues también rodó junto a Michelle Pfeiffer y Winona Ryder el drama histórico La edad de la inocencia, de Martin Scorsese, una excelente interpretación que probablemente pasó desapercibida (injustamente) por su cercanía en el tiempo con la de Gerry Conlon en el filme de Sheridan.
En 1994 se produjo un hecho del todo inusual en la biografía del actor: por primera y acaso por única vez, Lewis intentó hacerse con un papel… y resultó rechazado. Se trataba del rol de Vincent Vega en Pulp Fiction, para el que Quentin Tarantino prefirió, como es bien sabido, a John Travolta. A partir de entonces sus apariciones en la pantalla fueron mucho más escasas. Al terminar con Isabelle Adjani, diversos rumores lo relacionaron con Julia Roberts, entre otras cotizadas celebridades de Hollywood, pero con su matrimonio el 13 de noviembre de 1996 con Rebecca Miller, hija del dramaturgo Arthur Miller, salió al paso de estas informaciones.

En Pozos de ambición (2007)
En 2002 (después de haber rodado sólo dos filmes en ocho años, las obviables Las brujas de Salem y The Boxer) coprotagonizó con Leonardo DiCaprio la que es, con diferencia, su peor película hasta la fecha, la pretenciosa y fallida Gangs of New York, de Martin Scorsese. Fiel al perfeccionismo que le caracteriza, para dar credibilidad al personaje aprendió el oficio de carnicero y el arte de lanzar cuchillos. Aún llegó más lejos cuando, habiendo enfermado en Italia poco antes de comenzar a rodar, rechazó los antibióticos que le ofrecía el médico aduciendo que “en la época en que se ambientaba el filme tales fármacos no existían”. Este esfuerzo rayano en la insensatez no salvó las limitaciones de uno de los guiones más lamentables de la historia del cine moderno. Probablemente éste fue el único paso en falso de toda su carrera, más aún teniendo en cuenta que pudo haber sido el Aragorn de la trilogía El señor de los anillos; pero rechazó el ofrecimiento del director Peter Jackson, quien inicialmente le prefería a Viggo Mortensen.
Dirigido por su propia esposa, Lewis rodó en 2005 The Ballad of Jack & Rose, una película que tampoco pasaría a la historia y que hacía temer seriamente por el futuro de uno de los actores más carismáticos de su generación. Afortunadamente, estos temores se disolvieron con Pozos de ambición, un filme épico, dirigido por Paul Thomas Anderson, que narraba la historia de Daniel Plainview, un minero miserable convertido en magnate del petróleo. Rol a la medida del londinense, el personaje le permitiría obtener su segundo Oscar al mejor actor principal. A este triunfo le siguió otra vez un filme fallido, Nine (2009), adaptación al celuloide de un musical inspirado a su vez en el filme de Federico Fellini Ocho y medio (1963), en el que Day-Lewis, en el papel de un director en crisis, encabezó un reparto estelar en que figuraban Marion CotillardSophia LorenNicole Kidman y Penélope Cruz.

Day-Lewis como Lincoln (2012)

El desquite vino de la mano de Steven Spielberg, quien le ofreció protagonizar una fastuosa producción histórica centrada en los últimos meses de mandato del presidente que abolió la esclavitud: Lincoln (2012). Precedida de un considerable éxito en taquilla y contando con el aplauso mayoritario de la crítica, pese a cierta ampulosidad, la película recibió doce nominaciones y partía como la gran favorita en la ceremonia de los Oscar. La Academia reconoció únicamente la excelente ambientación, otorgando una estatuilla a la mejor dirección artística, y, al conceder a Day-Lewis su tercer Oscar, se sumó al parecer unánime de que su portentosa interpretación de Abraham Lincoln, minuciosamente preparada como todas las suyas, era el pilar que sostenía el filme. Daniel y su esposa Rebecca tuvieron dos hijos, Ronan y Cashel-Blake. Aunque la familia reparte su tiempo entre Nueva York e Irlanda, este actor aristocrático y poco dado a la vida social huye del vértigo de la popularidad, y no parece la acumulación de estatuillas vaya a cambiar demasiado sus planes.

Van Morrison

(George Ivan Morrison, Belfast, 1945) Cantante y compositor norirlandés. Nacido en el seno de una familia modesta muy aficionada a la música, de niño aprendió a tocar la flauta, el saxofón, el piano y la armónica, y formó ya en el colegio su primer grupo, The Sputniks. En 1961 dejó la escuela y se unió como saxofonista a la banda The Monarchs, que tocaba versiones en los bares de Belfast y con la que dio el salto a Londres. El grupo fue contratado para una gira por Alemania, triunfó con adaptaciones de temas de James BrownRay Charles, Little Richard, Fats Domino o Elvis Presley y llegó a grabar un sencillo en Colonia.

En 1964 fundó Them, grupo con un directo demoledor que grabó dos álbumes, The angry young Them (1965) y Them again (1966). El primero incluía Gloria, canción que se convertiría con los años en un clásico que cantaron otros muchos artistas. La banda emprendió una gira por Estados Unidos, donde, en una actuación en Los Ángeles, Them tuvo como teloneros a The Doors, formación liderada por Jim Morrison. Los dos Morrison, Van y Jim, interpretaron juntos una versión de In the midnight hour, de Wilson Pickett. Van Morrison conoció por entonces a la actriz Janet Planet, con la que se casaría después de que Them se disolviera y decidiese establecerse en los Estados Unidos.
Fue allí donde comenzó su carrera en solitario con la grabación de Astral Weeks (1968), considerado uno de los mejores álbumes de la historia del rock. El matrimonio Morrison vivió en Woodstock, donde el contacto con la cultura hippie se tradujo en un segundo disco, Moondance (1970), imbuido del amor a la naturaleza y de la alegría de vivir, al que siguió ese mismo año Van Morrison, his Band and the Street Choir. También en 1970 nació su única hija, Shana Caledonia; la familia se trasladó a California, donde Van Morrison grabó, en su propio estudio, Tupelo Honey (1971), Saint Dominic's Preview (1972) -un regreso a su país natal- y Hard Nose the Highway (1973). Volvió a Irlanda para una triunfal gira de conciertos y se separó de Janet Planet. En 1974 grabó en California su primer directo, It's Too Late to Stop Now, y ese mismo año regresó a su estudio casero para editar Veedon Flence. En 1976 tocó en el concierto de despedida de The Band, que sería inmortalizado por el cineasta Martín Scorsese en la película The Last Waltz (1978). Tras una gira estadounidense para promocionar su nuevo disco, A Period of Transition (1977), se instaló definitivamente en Inglaterra, donde grabó Wavelength (1978).

Van Morrison en concierto (1970)
Van Morrison comenzó a labrarse entonces su fama de arisco; reacio a las entrevistas, se comportaba como un tirano con sus músicos y era contrario a todo tipo de labor promocional. Al mismo tiempo crecía la admiración por él entre sus colegas de profesión y entre el público. En Into the Music (1979) comenzó a explorar unas inquietudes religiosas que le llevarían a militar en la Iglesia de la Cienciología en la década de los ochenta. También su forma de cantar adoptó tonos místicos, cercanos al éxtasis y similares a un rugido, lo que llevó a la crítica a bautizarle como "el león de Belfast". Grabó luego en Francia Common One (1980), al que siguieron, a lo largo de los ochenta, Beautiful Vision (1982), Inarticulate Speech of the Heart (1983), A Sense of Wonder (1985) y No Guru, No Method, No Teacher (1986), álbum en el que escenificó su ruptura con la Cienciología.
Su acercamiento a los terrenos del blues y del jazz era cada vez más patente, como quedó reflejado en Poetic Champions Compose (1987), con el saxo de Morrison como gran protagonista. En 1988 grabó un disco de música tradicional irlandesa, Irish Heartbeat, con The Chieftains. Posteriormente, Avalon Sunset (1989), Enlightment (1990), el álbum doble Hymns to the Silence (1991), Too Long in Exile (1993) y el directo A night in San Francisco (1994) fueron la antesala de su etapa de mayor éxito popular y comercial, con sucesivas giras mundiales, participación en los más prestigiosos festivales de jazz y colaboraciones con artistas de la talla de John Lee HookerBob Dylan o Ray Charles. Unido sentimentalmente a Michelle Rocca, miss Irlanda en 1980, disfrutó del éxito mundial de Days Like This (1995), en el que colaboró su hija Shana, pero volvió a huir de la primera línea con el jazzístico How Long Has This Been Going On (1996) y con Tell Me Something (1996), colección de versiones del estadounidense Mose Allison.
Morrison seguiría manteniendo su ritmo de trabajo de prácticamente un disco por año con The Healing Game (1997), una vuelta al sonido de los 50; The Philosopher's Stone (1998), una recopilación de canciones descartadas de álbumes anteriores; Back on Top (1999), un nuevo acierto comercial; el directo The Skiffle Sessions (2000) y el disco de versiones You Win Again (2000), con la cantante country Linda Gail Lewis. La hermana del célebre Jerry Lee Lewis le demandó un año después por discriminación sexual; aunque los abogados de ambas partes llegaron luego a un acuerdo, Linda le acusó de maltratar a sus músicos, de despedirla injustamente y de arruinar su vida. Down the Road (2002), un alegre homenaje a los clásicos del blues, y What's Wrong With This Picture? (2003), grabado con el sello Blue Note, eran sus últimas grabaciones hasta que, cumplidos ya los sesenta años de edad, editó Magic Time (2005). Pay the Devil (2006), Keep It Simple (2008) y Born to Sing: No Plan B (2012) son por el momento los títulos más recientes de su extensa discografía.

Johann Sebastian Bach


(Eisenach, actual Alemania, 1685 - Leipzig, 1750) Compositor alemán. Considerado por muchos como el más grande compositor de todos los tiempos, Johann Sebastian Bach nació en el seno de una dinastía de músicos e intérpretes que desempeñó un papel determinante en la música alemana durante cerca de dos siglos y cuya primera mención documentada se remonta a 1561.
Hijo de Johann Ambrosius, trompetista de la corte de Eisenach y director de los músicos de dicha ciudad, la música rodeó a Johann Sebastian Bach desde el principio de sus días. A la muerte de su padre en 1695, se hizo cargo de él su hermano mayor, Johann Christoph, a la sazón organista de la iglesia de San Miguel de Ohrdruf. Bajo su dirección, el pequeño Bach se familiarizó rápidamente con los instrumentos de teclado, el órgano y el clave, de los que sería un consumado intérprete durante toda su vida.
Su formación culminó en el convento de San Miguel de Lüneburg, donde estudió a los grandes maestros del pasado, entre ellos Heinrich Schütz, al tiempo que se familiarizaba con las nuevas formas instrumentales francesas que podía escuchar en la corte.
A partir de estos años, los primeros del siglo XVIII, Bach estaba ya preparado para iniciar su carrera como compositor e intérprete. Una carrera que puede dividirse en varias etapas, según las ciudades en las que el músico ejerció: Arnstadt (1703-1707), Mühlhausen (1707-1708), Weimar (1708-1717), Köthen (1717-1723) y Leipzig (1723-1750).
Si en las dos primeras poblaciones, sobre todo en Mühlhausen, sus proyectos chocaron con la oposición de ciertos estamentos de la ciudad y las propias condiciones locales, en Weimar encontró el medio adecuado para el desarrollo de su talento. Nombrado organista de la corte ducal, Bach centró su labor en esta ciudad sobre todo en la composición de piezas para su instrumento músico: la mayor parte de sus corales, preludios, tocatas y fugas para órgano datan de este período, al que también pertenecen sus primeras cantatas de iglesia importantes.
En 1717 Johann Sebastian Bach abandonó su puesto en Weimar a raíz de haber sido nombrado maestro de capilla de la corte del príncipe Leopold de Anhalt, en Köthen, uno de los períodos más fértiles en la vida del compositor, durante el cual vieron la luz algunas de sus partituras más célebres, sobre todo en el campo de la música orquestal e instrumental: los dos conciertos para violín, los seis Conciertos de Brandemburgo, el primer libro de El clave bien temperado, las seis sonatas y partitas para violín solo y las seis suites para violoncelo solo.
Durante los últimos veintisiete años de su vida fue Kantor de la iglesia de Santo Tomás de Leipzig, cargo éste que comportaba también la dirección de los actos musicales que se celebraban en la ciudad. A esta etapa pertenecen sus obras corales más impresionantes, como sus dos Pasiones, la monumental Misa en si menor y el Oratorio de Navidad. En los últimos años de su existencia su producción musical descendió considerablemente debido a unas cataratas que lo dejaron prácticamente ciego.
Casado en dos ocasiones, con su prima Maria Barbara Bach la primera y con Anna Magdalena Wilcken la segunda, Bach tuvo veinte hijos, entre los cuales descollaron como compositores Wilhelm Friedemann BachCarl Philipp Emanuel Bach, Johann Christoph Friedrich Bach y Johann Christian Bach.
Pese a que tras la muerte del maestro su música, considerada en exceso intelectual, cayó en un relativo olvido, compositores de la talla de Mozart o Beethoven siempre reconocieron su valor. Recuperada por la generación romántica, desde entonces la obra de Johann Sebastian Bach ocupa un puesto de privilegio en el repertorio. La razón es sencilla: al magisterio que convierte sus composiciones en un modelo imperecedero de perfección técnica, se une una expresividad que las hace siempre actuales.