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jueves, 4 de junio de 2020

Nicolas Sarkozy

(Nicolas Paul Stéphane Sarkozy de Nagy-Bocsa; París, 1955) Político francés, presidente de la República entre 2007 y 2012. Tras su triunfo en las urnas en mayo de 2007, Nicolas Sarkozy se convirtió en el primer presidente de la República francesa con orígenes extranjeros: en su caso, de padre húngaro y madre griega. Este político parisino de 52 años, católico practicante y de ideología conservadora, que según Anita Hausser, autora de una biografía suya, "es un hiperactivo, es ambicioso, es un trabajador inagotable, un workalcoholic que nunca descansa", veía así culminada una intensa carrera que se había iniciado en 1975 y que lo había llevado a ocupar diferentes puestos de responsabilidad en varios niveles de la administración.

Nicolas Sarkozy
Su padre, Pál Sarkozy Nagybócsay, perteneciente a la nobleza húngara, huyó durante la ocupación soviética en la Segunda Guerra Mundial; luego se refugió en Alemania por miedo a las represalias del gobierno comunista. Allí se alistó en la Legión Extranjera, para poco después abandonarla e instalarse en París. Contrajo matrimonio con Andrée Mallah, procedente de una familia adinerada y de profundas convicciones católicas. Pál se integró plenamente en la sociedad francesa, e incluso se cambió su nombre por el de Paul Sarkozy de Nagy-Bocsa. Fruto del matrimonio fueron tres hijos a los que, prescindiendo de sus raíces húngaras, educó en la fe católica y en las tradiciones francesas.
Nicolas Sarkozy creció en una mansión de París gracias a la ayuda económica de su abuelo materno; su padre se separó de su madre, y él y sus hermanos quedaron bajo la tutela materna. Su abuelo también le transmitió su ideología y admiración por Charles De Gaulle. Sarkozy fue un estudiante mediocre; hasta 1973 no obtuvo el título de bachillerato en economía y sociedad. Aunque procedente de una familia burguesa y criado en barrios acomodados, Sarkozy no estudió, como muchos dirigentes franceses, en las grandes écoles o en la Escuela Nacional de la Administración (ENA), que ha formado a generaciones de políticos y funcionarios, sino en la Universidad de París X Nanterre, donde cursó derecho tras no poder entrar en ciencias políticas.
En 1974, mientras cursaba el primer año de carrera, se afilió a la Unión de Demócratas por la República (UDR), partido conservador seguidor de las ideas de Charles de Gaulle, cuyo líder era Jacques Chirac. En 1975 fue delegado de las juventudes de la Unión de Demócratas por la República. Un año después fue partícipe de la fundación de un nuevo partido, Reagrupamiento por la República (RPR), que Jacques Chirac creó para sustituir a la UDR.
Durante 1977, siendo todavía estudiante de derecho, fue elegido concejal de Neuville sur Seine. Sarkozy comenzó a convertirse en un político en potencia y no tardó en llamar la atención de Jacques Chirac, que en ese momento era alcalde de París. También despertó el interés de Charles Pasqua, gracias al cual entró en el Comité Central de Reagrupamiento por la República y fue designado secretario del partido en Neuville Puteaux. En 1978 finalizó sus estudios de derecho, prestó el servicio militar y fue nombrado delegado de las Juventudes del RPR.
En 1981 completó su formación académica con un diploma de estudios avanzados en ciencias políticas en el Instituto de Estudios Políticos de París. También recibió un certificado para ejercer como abogado, gracias al cual trabajó en un bufete en París. En 1983 fue elegido alcalde de Neuville sur Seine. El cargo le permitió acceder al Consejo Regional de Île de France. En 1985 pasó a ser consejero general de Neuville sur Seine Nord.
En las elecciones legislativas de 1988, la coalición del Reagrupamiento por la República y la Unión por la Democracia Francesa fue derrotada, pero Sarkozy consiguió entrar en la Asamblea Nacional como diputado por Hauts de Seine. Ese mismo año entró a formar parte de la Secretaría General del RPR, liderada por Alain Juppé, en la sección de Juventud y Formación. Años después, en 1992, ascendió a secretario general adjunto a Alain Juppé.
Las elecciones legislativas de 1993 marcaron la carrera política de Sarkozy, ya que el Partido Socialista de Michel Rocard y Laurent Fabius fue derrotado por la coalición del Reagrupamiento por la República y la Unión por la Democracia Francesa, que obtuvo la mayoría suficiente para formar un gobierno liderado por Edouard Balladur. Jacques Chirac renunció a ocupar el cargo de primer ministro, ya que se preparaba para los comicios presidenciales de 1995. Sarkozy fue designado para dirigir el Ministerio de Presupuesto, y su principal objetivo fue reducir el déficit público. También se le encomendó la portavocía del Gobierno, lo que le permitió ser más conocido para los franceses.
La campaña electoral para las presidenciales de 1995 supuso el distanciamiento entre Jacques Chirac y Sarkozy. Edouard Balladur, ignorando las ambiciones de Jacques Chirac, también se presentó como candidato, provocando una escisión dentro del Reagrupamiento por la República. Sarkozy apoyó la candidatura de Edouard Balladur. El ministro del Interior, Charles Pasqua, también se postuló al lado de Balladur, con la intención de ser recompensado y acceder al cargo de primer ministro. Pero Balladur fue derrotado en la primera vuelta, y Jacques Chirac venció en la segunda vuelta al socialista Lionel Jospin. Chirac nombró primer ministro a Alain Juppé, expulsando a todos aquellos que no apoyaron su candidatura. Ello supuso un gran revés en la carrera política de Sarkozy.
En las elecciones generales de 1997 la formación del primer ministro Alain Juppé fue derrotada por el Partido Socialista. Estos nefastos resultados sumieron al RPR en una profunda crisis, que condujo a la dimisión de Juppé. Charles Pasqua también abandonó el partido y fundó su propia fuerza política, el Reagrupamiento por Francia (RPF). Sarkozy no perdió su escaño y optó por permanecer dentro del partido. En una asamblea extraordinaria, Philippe Séguin fue elegido presidente del Reagrupamiento por la República, en sustitución del dimitido Alain Juppé.
En la asamblea de 1998, Sarkozy fuera nombrado secretario general del RPR. Las desavenencias internas hicieron que Philippe Séguin renunciara a la presidencia. Sarkozy se convirtió en presidente interino, con la intención de ser elegido formalmente en la siguiente asamblea del partido. Pero sus expectativas se vieron truncadas como consecuencia de la derrota en las elecciones europeas frente al Partido Socialista, y la aparición de otros candidatos para la presidencia del RPR: Michèle Alliot-Marie, próxima a Jacques Chirac; el senador Jean-Paul Delevoye; el liberal Patrick Devedjian y el republicano François Fillon. Sarkozy retiró su candidatura y finalmente Michèle Alliot-Marie se hizo con la presidencia del partido.
Durante el 2000 fue presidente del Comité Departamental del Reagrupamiento por la República en Hauts de Seine, y en el 2001 fue reelegido alcalde de Neuilly. En 2002 el RPR se fusionó con la Unión por la Democracia Francesa, dando lugar a la Unión por un Movimiento Popular (UMP). Jacques Chirac volvió a contar con Sarkozy y le nombró Ministro del Interior del gobierno presidido por Jean-Pierre Raffarin.
Este nuevo cargo fue un impulso para la carrera de Sarkozy. Desarrolló una gran cantidad de proyectos, entre lo que destacó la Ley de Orientación y Programación de la Seguridad Interior y la polémica Ley de Seguridad Interior. En el 2003 puso en marcha el Consejo Francés del Culto Musulmán, que fue decisivo para la integración del Islam y la cultura islámica en Francia. Mientras tanto, las discrepancias con Jacques Chirac, con el primer ministro Juan-Pierre Raffarin y con el ministro de Asuntos Exteriores, Dominique de Villepin, fueron en aumento.
La derrota en las elecciones regionales de 2004 determinó que se produjera una reestructuración en el gobierno. Dominique de Villepin fue nombrado ministro de Interior y Nicolas Sarkozy se hizo cargo del Ministerio de Economía, Finanzas e Industria y recibió el puesto de ministro de Estado, convirtiéndose en el número dos del Gobierno. Este mismo año su formación perdió las elecciones europeas, y Alain Juppé dimitió como presidente de la Unión por un Movimiento Popular. En la asamblea del partido, la candidatura de Sarkozy ganó con el 85% de los votos y fue proclamado presidente de la UMP.
El rechazo de los franceses al Tratado de la Constitución Europea en el referéndum de 2005 provocó una crisis en el Gobierno. Jean-Pierre Raffarin dimitió como primer ministro, y aumentó la popularidad de Sarkozy frente a Dominique de Villepin. Jacques Chirac tomó la decisión de adjudicar a Villepin la jefatura de Gobierno, pero como necesitaba el carisma y el empuje de Sarkozy, le nombró ministro de Estado.
Como ministro, Sarkozy destacó por su política de mano dura y un estilo provocador y proclive al choque frontal; su mensaje insistía en el retorno a la jerarquía del mérito y del esfuerzo personal -"trabajar más para ganar más"- y en devolver a Francia un clima de orden y competitividad. Cuando en 2005 se produjeron los estallidos sociales en los suburbios de París y de otras ciudades, acusó a los inmigrantes de "basura social" y dijo que los barrería "con mangueras de alta presión". En la primavera de 2006 estalló un escándalo político en el que Sarkozy se vio envuelto; finalmente se comprobó que todo había sido un montaje.
Tras este escándalo, Sarkozy tuvo que hacer frente a otra dificultad para su ascenso hacia la presidencia de la República: la ascensión en el espectro político de la socialista Ségolène Royal. A principios de 2007, Sarkozy fue designado candidato a la presidencia. Sarkozy logró el apoyo de todos los miembros más relevantes de su partido: Alain Juppé, Jean-Pierre Raffarin, Dominique de Villepin, e incluso Jacques Chirac, que anunció su renuncia a un tercer mandato. Sorprendió el apoyo de Simone Veil, ya que no estaba vinculada a la Unión por un Movimiento Popular.
En la primera vuelta celebrada en abril de 2007, con un 83% de participación, Sarkozy se puso en cabeza con el 31% de los votos, seguido por Ségolène Royal con el 25%. En esta ronda quedaron fuera François Bayrou y Jean-Marie Le Pen. En mayo se celebró la segunda ronda, también con un alto índice de participación, el 84%, y Sarkozy se proclamó presidente de Francia con el 53% de votos frente al 47% de Ségolène Royal.
Nicolas Sarkozy juró su cargo y nombró primer ministro a François Fillon. Durante su mandato, y a raíz de la crisis del euro, la moneda común europea, Sarkozy se mostró coincidente con las exigencias de austeridad presupuestaria planteadas a los demás estados de la Unión Europea por la canciller alemana, Angela Merkel. Esta política de estricto ajuste económico provocó su derrota en las elecciones de mayo de 2012, de las que salió vencedor el candidato socialista François Hollande, su sucesor en la presidencia de la República.

Kevin Costner

(Lynwood, California, 1955) Actor y director de cine estadounidense. Importante estrella de Hollywood desde finales de los años 80, se inició como actor en un grupo de teatro de su localidad. Tras acabar los estudios universitarios y casarse, trabajó un mes en estudios de mercadotecnia antes de decidirse por la carrera interpretativa.

Kevin Costner
Debutó como actor en una película de H. Heard (Shadows run black, 1981). Después de interpretar papeles menores en películas de escaso presupuesto, intervino como secundario en dos producciones importantes, pero las escenas por él interpretadas fueron eliminadas: en Frances (1982), película en que encarnaba al actor Luther Adler, se quedó con sólo una línea de diálogo, y en Reencuentro (1983) fue el cadáver que aparece en la secuencia de los títulos de crédito.
Poco a poco sus papeles fueron mejorando. Se dio a conocer en 1983 con Testamento final, de Lynne Litlman, largometraje en el que interpretaba a un superviviente de una guerra nuclear. Su papel de pistolero en Silverado (1985), de Lawrence Kasdan, lo lanzó como actor de primera fila, posición que confirmaron sus sucesivas interpretaciones en películas de éxito.
Adquirió el estatus de estrella al interpretar al protagonista de Los intocables de Elliot Ness (1987), y a finales de la década de 1980 era ya uno de los actores mejor pagados de Hollywood. Actor versátil, encarnó a un oficial de marina y espía en No hay salida (1987, de Roger Donaldson), a un jugador de béisbol en Los búfalos de Durham (1988, de Ron Shelton), en la que tuvo a Susan Sarandon y Tim Robbins como compañeros de reparto, y a un granjero atrapado en una situación fantástica en Campo de sueños (1989, de Phil Alden Robinson).

Kevin Costner en Los intocables de Elliot Ness (1987),
de Brian De Palma
En 1989 creó su propia productora, TIG, y al año siguiente dirigió su primer filme, Bailando con lobos, historia de un soldado de la Guerra Civil estadounidense y del pueblo sioux que obtuvo un éxito comercial impresionante y que fue galardonado con siete Oscar, incluidos el de mejor director y mejor película.
Posteriormente encadenó una serie de éxitos comerciales que le convirtieron en una superestrella; entre ellos cabe destacar JFK, caso abierto (1991), de Oliver Stone, sobre el asesinato del presidente John F. KennedyEl guardaespaldas (1992), romántica historia en que encarnó al guardaespaldas de Whitney Houston, ídolo musical en la ficción y en la realidad; y Robin Hood, el príncipe de los ladrones (1991), nueva versión de un clásico del cine de aventuras.
Su carrera como director sufrió un duro revés en 1995 a causa de la polémica suscitada por Waterworld, una de las películas más caras de la historia del cine que fue a la postre un fracaso comercial. Pero de nuevo obtuvo excelentes críticas como director por Open Range (2003), un western rodado según los cánones clásicos del género y magistralmente interpretado por Robert Duvall.
Otras películas destacadas en las que participó como actor son Un mundo perfecto (1993, de Clint Eastwood), en la que interpretaba a un convicto prófugo perseguido por un ranger de Texas, Mensaje en una botella (1998), Entre el amor y el juego (1999), Trece días (2000) y Dragonfly (2002).

Carla Bruni

(Carla Bruni Tedeschi; Turín, Italia, 1967) Modelo y cantante italiana. Aun siendo considerablemente rica y famosa por su carrera profesional, su popularidad se disparó a principios de 2008 cuando contrajo matrimonio con el presidente de la República Francesa, Nicolas Sarkozy, convirtiéndose en primera dama del país. Pese a la polémica que suscitó el enlace, puso todo su empeño en el correcto ejercicio de su nuevo cargo.

Carla Bruni
Hija del compositor Alberto Bruni Tedeschi y de la reconocida pianista Marysa Borini, su padre se convirtió en millonario en la década de 1920 importando caucho y Carla pasó a ser la heredera de una inmensa fortuna. Pasada con una cierta amargura su más tierna infancia (“supe de la crueldad a los tres años, en la guardería”), Carla tuvo una niñez rodeada de óleos y tallas del siglo XVIII y amenizada con vacaciones veraniegas en el castillo privado de Castagneto Po. Feliz junto a sus hermanos Virgilio y Valeria, su primera vocación no fue la de desfilar por las pasarelas de medio mundo, sino ser cantante.
La familia Bruni abandonó Italia intimidada por las amenazas de secuestro por parte de las Brigadas Rojas y se estableció en Suiza en 1973. Una vez allí, Carla fue matriculada en un internado de élite. Durante su adolescencia, Carla vivió a caballo entre Francia y Suiza, alternando sus estudios musicales con los de arte y arquitectura, disciplinas que abandonó a los diecinueve años para introducirse en el mundo de las pasarelas. Se dice que fue su hermano Virgilio quien, enamorado de ella, la animó a presentar un book a la agencia City Models.
En uno de sus primeros cástings fue seleccionada por la compañía de tejanos Guess para representar su imagen de marca. El éxito fue inmediato: en poco tiempo Carla prestó su rostro a firmas como Givenchy, Christian Dior, Lagerfeld, Versace, Yves Saint-Laurent y un largo etcétera. Su caché subió como la espuma. Su fama no dejó de crecer entre 1987 y 1997, año en que su media de ingresos superaba los 7 millones de dólares al año entre desfiles y compromisos publicitarios. Sonado fue su triunfo sobre Laetitia Casta para poner rostro y palmito al eslogan de un conocido banco francés: “La inversión más bella”.
Bruni aprovechó su tirón mediático, y además de billetes y talones comenzó muy pronto a coleccionar amantes famosos. Sonados fueron sus affaires con Eric Clapton y Mick Jagger. El vocalista de los Rolling Stones llegó a fugarse a Tailandia con Carla dejando plantada a su esposa, Jerry Hall, cuando ésta sorprendió in fraganti a la pareja. Lo más llamativo del asunto fue que esto sucedió a las 24 horas de nacer la hija de Mick y Jerry, de modo que esta última decidió divorciarse fulminantemente.
Más allá del rock, a Bruni se la relacionó con el magnate Donald Trump, con los actores Kevin Costner y Vincent Pérez, y con el ex primer ministro de François Mitterrand, Laurent Fabius. Sin embargo, su noviazgo más sonado fue el que protagonizó con el profesor de teoría económica Raphael Enthoven, con quien llegaría a tener un hijo en 2001. Al parecer, inicialmente Bruni mantuvo una relación con el padre de Raphael, el editor Jean-Paul Enthoven. Al menos así lo cuenta la anterior pareja de Raphael, la escritora Justine Lévy, quien, según llegó a confesar en una novela, estuvo a punto de suicidarse al conocer el affaire.
En 1996 falleció Alberto Bruni. Fue entonces cuando la madre de Carla la sorprendió con una revelación: ella no era hija biológica de Alberto, sino de Maurizio Remmert, con quien la pianista había mantenido una relación extramatrimonial. A Remmert, actualmente empresario y residente en Brasil, esta declaración de la modelo a la revista Vanity Fair le reportaría quebraderos de cabeza sin fin “después de toda una vida de discreción”, según sus propias palabras.

Carla Bruni en concierto
Al llegar el año 2000, cansada de las pasarelas, Bruni decidió dar un giro a su carrera y convertirse en cantante. La reacción de la prensa, conocedora de tantas incursiones de top models en el mundo de la música, fue de un escepticismo bastante comprensible. Sin embargo, y contra todo pronóstico, la turinesa, inteligentemente asesorada en lo visual y en lo musical, optó por seguir un estilo marcadamente cool e intimista, heredado de la chanson française de Edith PiafCharles AznavourGeorges Brassens o Jacques Brel, aunque (obviamente) retomando más los modos y melodías que los contenidos.
El primer trabajo discográfico de la Bruni, aparecido en 2002, fue Quelqu’un m’a dit, producido por Louis Bertignac, antiguo componente del grupo Telephone y, cómo no, ex amante de Carla. El álbum, sin ser una obra maestra, estaba bien concebido tanto en lo conceptual como en lo interpretativo, y la crítica se sorprendió dispensándole francos elogios. La mayoría de los temas venían firmados por la propia ex modelo. Las ventas fueron arrasadoras sin prácticamente ninguna promoción por parte de la discográfica.
En 2006 Carla tuvo que enfrentarse a la dramática noticia de la muerte de su hermano Virgilio; 2007 fue en cambio un año memorable para la cantante. En enero apareció su segundo disco, No promises. Esta vez la chanson dejó paso al pop en un trabajo en el que prácticamente todos los temas eran poemas ajenos (de clásicos como YeatsW. H. Auden o Emily Dickinson) musicados por la artista.

Portada de No promises
El 16 de mayo de ese año Nicolas Sarkozy accedía a la presidencia de la República Francesa. Y en la que acaso fue su segunda decisión como mandatario (la primera, unánimemente criticada, fue plantar a sus seguidores y votantes celebrando en privado la victoria presidencial en el yate privado del empresario Vincent Bolloré), a los pocos días acudió a una cena orquestada por el secretario general de la Presidencia, Claude Guéant, a la que, entre otros invitados, asistía Carla Bruni. Según otra versión de los hechos, la “chispa” entre Sarkozy y Bruni pudo haberse encendido cuando ésta visitó el Palacio del Elíseo en calidad de representante de las discográficas, con la finalidad de discutir un acuerdo para regularizar los derechos de estas empresas ante la amenaza de las descargas por Internet.
Sea como fuere, a los pocos días de la elección presidencial y sólo dos meses después de la ruptura del anterior matrimonio de Sarkozy, la pareja hizo pública su relación. El 2 de febrero de 2008 la RTL anunciaba el enlace matrimonial Sarkozy-Bruni en una ceremonia celebrada en el Palacio del Elíseo de París. La noticia sorprendió a quienes sabían del ascendente gauche divine de la familia Bruni y de la íntima amistad de la rica heredera con la candidata socialista Ségolène Royal.

Con Nicolas Sarkozy
La relación con Sarkozy no ha alterado la admiración de los fans de Bruni, quienes respiraron aliviados cuando la primera dama presentó su tercer disco. El título, Comme si de rien n’était, dio pie a todo tipo de especulaciones. A pesar del interés de muchos por encontrar en los textos alguna referencia al idilio presidencial, las ventas fueron muy inferiores a las previstas. Pero tenía razón la Bruni, no pasaba nada. En mayo, un multimillonario chino pagó 91.000 dólares por el original de una fotografía tomada en 1993 en la que la bella turinesa aparecía desnuda. La belleza y la elegancia de la instantánea no justificaban en absoluto el desembolso, que patentiza de modo harto significativo la conversión de la primera dama francesa en un icono social de tremendo impacto mediático.
Acontecimientos como éste, o declaraciones como la realizada en una entrevista a la BBC (“A los treinta amantes quizá no haya llegado, pero... tengo un pasado”), no fueron óbice para que el papa Benedicto XVI mantuviera en septiembre una reunión oficial con ella y con su esposo (casado en terceras nupcias, por cierto), en un intento desesperado de la Iglesia católica francesa por reverdecer laureles en un territorio crecientemente aconfesional. A la primera dama no la intimidan los flashes ni los rumores, a los que lleva décadas acostumbrada. Tras su matrimonio, se declaró feliz en su papel y privilegiada por la vida que había llevado hasta el momento, y manifestó su intención de tener hijos con Sarkozy y de seguir su carrera musical, aunque abandonando los escenarios.