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jueves, 21 de mayo de 2020

MIJAIL GORBACHOW

(Mijail Sergueievich Gorbachov; Privolnoje, Stavropol, 1931) Último dirigente de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Procedente de una familia campesina rusa de la región del norte del Cáucaso, estudió derecho en la Universidad de Moscú (1950-55). Allí se casó con Raisha Maximovna Titorenko y se afilió al Partido Comunista. De regreso a su región de origen, realizó una rápida carrera política, ascendiendo a cargos de responsabilidad regional en las juventudes comunistas y en el partido.

Mijail Gorbachov
Completó su formación con estudios de Agronomía en los años sesenta, lo cual le permitió obtener su primer gran éxito político al afrontar la catastrófica sequía de 1968. Fue entonces cuando saltó a la política nacional, resultando elegido miembro del Sóviet Supremo (1970), del Comité Central del Partido (1971; secretario de Agricultura en 1978) y del Politburó (1980).
Esta rápida ascensión culminó con su elección como secretario general del Partido Comunista de la URSS tras la muerte de Konstantin Chernenko (1985) por un estrecho margen de votos; obtenía así el máximo poder de la declinante potencia soviética, que se completaría con su nombramiento como presidente del Sóviet Supremo y jefe del Estado (1988).
La llegada de Gorbachov al poder suponía no sólo una renovación generacional, sino también una esperanza de renovación política: Gorbachov encarnaba la corriente reformista que proponía una apertura liberalizadora para sacar a la URSS del estancamiento económico, político y cultural en el que había quedado sumida desde la época de Brezhnev. Gorbachov no defraudó esas expectativas, pues desde 1990 puso en marcha un programa político extremadamente audaz que no sólo acabaría con la dictadura comunista en la URSS, sino con la propia existencia de aquel Estado, transformando así profundamente el escenario internacional.
Dicho programa, sin embargo, era obra de un comunista convencido, deseoso de reforzar y perfeccionar el régimen socialista mediante la trasparencia (glasnost) y la reestructuración (perestroika). La glasnost se produjo primero y con más facilidad: Gorbachov implantó una mayor trasparencia informativa, acabó con la represión hacia los disidentes, desmontó el Estado policial y la censura de prensa, restauró cierta libertad de expresión y reconoció públicamente los crímenes y los errores cometidos en el pasado por el partido y por el Estado soviético. Con todo ello se ganó el apoyo de los gobiernos y de la opinión pública occidental.
Esta acogida no es de extrañar, dado que Gorbachov practicó una política exterior pacifista, llevando de hecho a la URSS a renunciar a su papel de gran potencia mundial, con tal de reducir así los pesados gastos militares que apenas podía soportar la debilitada economía del país (tratado de desarme pactado con los Estados Unidos de Ronald Reagan en 1987, y retirada de Afganistán en 1989). La retirada del ejército soviético condujo a procesos más o menos revolucionarios que acabaron con los regímenes comunistas en Europa central y oriental, abriendo el camino para la reunificación de Alemania (1990).
La reconstrucción económica, sin embargo, sería uno de los principales fracasos de Gorbachov: la perestroika suponía sacar a la economía soviética del caos y el anquilosamiento en el que estaba sumida, introduciendo mayor libertad de empresa y dejando actuar al mercado para corregir los defectos de la planificación. Sin embargo, estas reformas no tuvieron resultados positivos inmediatos, pues desorganizaron aún más el sistema productivo existente y ahondaron el empobrecimiento de la mayor parte de la población. Todo ello creó tensiones sociales, agravadas por los intereses político-económicos que se veían afectados.
En el aspecto político, se inició una apertura que debía conducir gradualmente a una democracia pluripartidista; pero los avances en ese camino, considerados excesivos por la «vieja guardia» comunista, fueron considerados demasiado lentos por la creciente oposición ajena al partido: Gorbachov y su equipo avanzaban despacio por las resistencias existentes dentro del régimen y por el temor a perder el control del proceso. El efecto principal de la apertura fue la eclosión de los sentimientos nacionalistas, que cuajaron en movimientos independentistas en las diversas repúblicas que formaban la URSS.
En 1991 se produjo un intento de golpe de Estado militar de tendencia involucionista, que fue detenido por la fuerza del movimiento democrático radical, encabezado por Boris Yeltsin; éste se hizo dueño del poder en Rusia, apartando a Gorbachov y pactando con los dirigentes de las otras repúblicas el desmantelamiento de la URSS. Gorbachov se retiró de la política en aquel mismo año; aunque se presentó a las elecciones presidenciales de Rusia en 1996, obtuvo un resultado pésimo, reflejo de la impopularidad que se ganó en su propio país.

MARGARET THATCHER

(Grantham, Reino Unido, 1925 - Londres, 2013) Política británica, primera ministra de 1979 a 1990. Margaret Hilda Roberts estudió ciencias químicas en la Universidad de Oxford y trabajó cuatro años como investigadora química. En 1951 casó con Denis Thatcher, un alto ejecutivo de la industria petrolífera, quien la introdujo en la política. En 1953 comenzó a estudiar derecho tributario.

Margaret Thatcher
Ingresó en el Partido Conservador, del que su marido ya era miembro, y en 1959 ganó un escaño en la Cámara de los Comunes. Dos años más tarde fue nombrada secretaria de Estado para Asuntos Sociales, y luego ministra de Educación y Ciencia, durante el mandato del conservador Edward Heath. Abolió la normativa que ordenaba la distribución gratuita de leche en las escuelas, lo cual provocó una oleada de protestas.
Considerada la líder más enérgica del ala derecha del Partido Conservador, en 1975 consiguió desplazar a Heath de la dirección del partido. Margaret Thatcher elaboró un programa riguroso para yugular la crisis de la economía británica mediante la reducción de la intervención estatal; sus postulados principales fueron, pues, el liberalismo y el monetarismo estrictos. También propugnó el recorte de los servicios sociales, y abogó asimismo por la renegociación de la participación del Reino Unido en la CEE y por la abolición del poder sindical.
Su programa recibió el apoyo de la opinión popular, y en 1979 consiguió que los conservadores accedieran al poder por amplio margen: se convirtió así en la primera mujer británica que ocupaba el cargo de primer ministro. Durante su gobierno consiguió reducir la inflación y mejorar la cotización de la libra esterlina. Sin embargo, disminuyó la producción industrial, con el consiguiente incremento del paro, triplicado desde su subida al poder. Proliferaron, además, las quiebras de empresas y bancos. Todo ello se debió a la austeridad que acompañó su administración, dado que el objetivo de reducir la inflación era prioritario.
En 1982, Thatcher intervino enérgicamente en el conflicto de las Malvinas. Su actitud fue bien vista por la opinión pública británica y ese mismo año volvió a obtener la victoria electoral, esta vez con la mayoría más holgada lograda por un candidato desde 1935. En 1984 se enfrentó a graves conflictos sociales, en especial la huelga de los mineros, que reprimió con dureza. En octubre de este mismo año, durante un congreso de su partido que se celebraba en el hotel Brighton, estalló una bomba colocada por un grupo de republicanos extremistas irlandeses -Thatcher apoyaba la retención del Ulster por el Reino Unido-, atentado del que salió ilesa.
Como jefa de gobierno continuó su política neoliberal, con la privatización de empresas estatales, de la educación y de los medios de ayuda social, la lucha contra el desempleo y la limitación de las huelgas. Respecto al conflicto del Ulster, propició la apertura de conversaciones con la República de Irlanda y reforzó la legislación antiterrorista. En 1987 ganó de nuevo las elecciones, pero en esta ocasión por un margen mucho más reducido. Su negativa a la unión social y política del Reino Unido con Europa y la imposición del impuesto regresivo, la poll tax, provocó una polémica generalizada que la enfrentó a su propio partido. No le quedó otra alternativa que dimitir; le sucedió en el cargo John Major.
Además de ser el primer jefe de gobierno británico del siglo XX que logró vencer en tres elecciones consecutivas, Margaret Thatcher fue la primera mujer europea que desempeñó el cargo de primer ministro. En el año 1993 publicó sus memorias, que obtuvieron un importante éxito de ventas. Su firmeza para dirigir los asuntos de Estado, su estricto dominio sobre los ministros de su gabinete y su fuerte política monetarista le valieron el sobrenombre de la Dama de Hierro.

RONALD REAGAN

(Kilton, Illinois, 1911 - Los Ángeles, 2004) Cuadragésimo presidente de los Estados Unidos de América (1981-1989). Tras una breve experiencia en la radio, fue actor profesional de cine, interviniendo en múltiples películas de Hollywood entre 1937 y 1964. Nunca llegó a ser una gran estrella, pero adquirió cierta notoriedad como presidente del sindicato de actores en la época de la caza de brujas de Joseph McCarthy (1947-54). Su trabajo posterior como presentador de televisión le proporcionó la popularidad que le faltaba para dar el salto a la política, integrándose en el Partido Republicano y alineándose con su corriente más conservadora (1962).

Ronald Reagan
Dotado de un gran carisma para el electorado americano, Reagan fue elegido gobernador del Estado de California en 1966 (y reelegido en 1970). Con su prestigio intacto después de dos mandatos, decidió no presentarse a otra reelección para luchar por la nominación a la presidencia tras la caída de Nixon (1974). Habría de esperar para conseguirlo, pues en 1976 el partido prefirió presentar al presidente saliente (y ex vicepresidente de Nixon) Gerald Ford; Ford perdió las elecciones presidenciales frente a los demócratas, quedando abierto el camino para Reagan en la siguiente convocatoria.
Ronald Reagan ganó holgadamente las elecciones presidenciales de 1980, apelando al orgullo nacional americano después de la supuesta debilidad que se le achacaba a la administración de Jimmy Carter; se trataba de recuperar la confianza de los americanos en sus valores tradicionales, seriamente dañada por la Guerra de Vietnam (1969-74) y por el caso Watergate (1973). La capacidad de Reagan para la comunicación (relacionada con su experiencia de actor) le permitió encarnar las aspiraciones de liderazgo fuerte que albergaba el americano medio, proporcionándole una reelección sin complicaciones en 1984, a pesar de su avanzada edad.
Durante su presidencia (1981-1989) impulsó un programa de revolución conservadora que entroncaba bien con los vientos reaccionarios que alentaban el gobierno de Margaret Thatcher en el Reino Unido y el pontificado de Juan Pablo II en la Iglesia católica. Consistía en una política económica neoliberal a ultranza, acompañada de un rearme militar y una política exterior más agresiva, que permitieran relanzar la cruzada contra el comunismo en el mundo.
Financió y armó a los grupos contrarrevolucionarios de Centroamérica hasta forzar la caída del régimen sandinista en Nicaragua. Ordenó intervenciones militares en defensa de los intereses americanos en Granada (1983) y Libia (1986). Reforzó los vínculos con los aliados de la OTAN, de los cuales obtuvo apoyo para desplegar nuevos misiles de alcance medio en Europa (los euromisiles). E impulsó un salto cualitativo en la carrera de armamentos con su Iniciativa de Defensa Estratégica (o Guerra de las Galaxias), orientada a desarrollar nuevas armas que garantizaran la superioridad tecnológica occidental en un eventual conflicto nuclear con la Unión Soviética.
Aquel programa de rearme fue el detonante del colapso de la URSS, pues su estancamiento económico le impedía seguir el ritmo impuesto por Reagan en la carrera de armamentos: obligó a la URSS a firmar acuerdos de desarme nuclear y a abandonar Afganistán (1988), lo que equivalía a renunciar a seguir desempeñando un papel de gran potencia. En consecuencia, comenzó el proceso de desintegración del régimen soviético bajo Gorbachov, que arrastró el hundimiento del comunismo a escala mundial, con lo que los más ambiciosos sueños anticomunistas de Reagan se vieron colmados.
Al lado de ese éxito, la opinión pública americana consideró menores otros fracasos, como los cosechados al intentar doblegar al régimen integrista islámico de Irán (al cual el gobierno norteamericano llegó incluso a vender armas en secreto para financiar ilegalmente a la guerrilla contrarrevolucionaria de Nicaragua, evitando el control del Congreso, donde tenía mayoría la oposición demócrata).
En política económica el balance fue menos brillante, pues si bien hubo un cierto crecimiento en los primeros años (impulsado por una política ultraliberal con altos costes sociales), el déficit presupuestario no dejó de crecer y obligó a mantener tipos de interés altos que acabaron pesando sobre la economía real. A pesar de las dificultades económicas del final de su segundo mandato, Reagan mantenía popularidad suficiente como para optar a un tercero si esa posibilidad no estuviera prohibida por la ley; el prestigio de su administración facilitó la elección de su vicepresidente, George H. Bush, en las presidenciales de 1988. Reagan se retiró de la política en 1989, manifestándose poco después sus graves problemas de salud (enfermedad de Alzheimer), que probablemente se habían iniciado ya durante el mandato presidencial.