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lunes, 10 de agosto de 2020

Carlos VII de Francia



(Llamado el Bien Servido o el Victorioso; París, 1403 - Mehun-sur-Yèvre, 1461) Rey de Francia (1422-1461). Hijo y sucesor de Carlos VI, su legitimidad (discutible si nos remitimos al Tratado de Troyes) fue reconocida por los Armagnacs.

Tras el triunfo de Juana de Arco frente a los ingleses en Orleans (1429), Carlos VII fue coronado rey en Reims. El impulso dado por la santa se prolongó después de su muerte (1431): Carlos VII recuperó de manos inglesas París (1436), Normandía (1450) y Burdeos (1453); al final de su reinado las posesiones inglesas se reducían a Calais.
Carlos VII fortaleció la autoridad real con la creación de un ejército permanente (arqueros francos, compañías de ordenanza) e impuestos continuos (talla, impuestos indirectos). La Pragmática Sanción de Bourges (1438) limitó el poder del papa sobre la Iglesia en Francia.

Fernando de Magallanes



(Oporto, 1480 - Mactán, Filipinas, 1521) Marino y explorador portugués. Durante la llamada «era de los descubrimientos» (siglos XV y XVI), los navegantes europeos protagonizaron gestas tan trascendentales como la apertura de la ruta de las especias (Vasco da Gama) o el descubrimiento de América (Cristóbal Colón). Pero también otros logros de menor importancia histórica fueron igualmente espectaculares; es el caso de la primera vuelta al mundo, completada por la expedición de Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano (1519-1522).

Miembro de la nobleza portuguesa, Fernando de Magallanes estudió náutica y cartografía en Lisboa. A los veinticinco años formó parte la expedición a la India mandada por Francisco de Almeida. En su siguiente viaje, esta vez a Marruecos y bajo las órdenes del duque de Braganza, resultó herido. El monarca Manuel I de Portugal, que disponía de un informe desfavorable acerca de la conducta de Magallanes en esta última misión, rechazó por dos veces un proyecto del marino para explorar nuevas rutas hacia Oriente, por lo que Magallanes decidió probar suerte en España. Llegó a Sevilla en octubre de 1517 y desde allí se dirigió a la corte, que a la sazón se encontraba en Valladolid. En ese mismo año contrajo matrimonio con Beatriz Barbosa, hija de un importante oficial sevillano, quien le dio un hijo varón, Rodrigo.
Magallanes tenía la convicción de que debía existir un paso al sur de la costa sudamericana para llegar a la India por occidente, paso que ya había buscado sin éxito Juan Díaz de Solís. La posibilidad de encontrar una ruta alternativa para llegar a Oriente a través del océano Atlántico era de vital interés para la monarquía española, ya que la costa africana estaba bajo el control de su principal rival en el comercio de especias, Portugal.
Tras renunciar a la nacionalidad portuguesa, y con el apoyo del astrónomo portugués Ruy de Faleiro y del obispo Fonseca, logró interesar en el proyecto al monarca español Carlos I, quien puso a su disposición cinco naves: Trinidad, San Antonio, Concepción, Victoria y Santiago, con una tripulación de 270 hombres de distintas razas y nacionalidades. Fue nombrado gobernador de las tierras que pudiera descubrir y se le otorgó la veinteava parte de los eventuales beneficios de la expedición.
La flota zarpó de Sevilla en septiembre de 1519, luego de un fallido intento portugués de sabotear el viaje. Faleiro, víctima de un ataque de locura, se quedó en tierra. El contingente pasó por el archipiélago de las Canarias, siguió viaje hasta la costa del Brasil y dobló luego hacia el sur, donde exploró el estuario del Plata. En la bahía de San Julián, Patagonia, la expedición se estableció para invernar, período en el que se perdieron dos naves, una por accidente y la otra por deserción; además, el marino hubo de sofocar un motín.
Por fin, el 21 de octubre de 1520 accedieron al estrecho que lleva hoy su nombre (Magallanes lo llamó «estrecho de Todos los Santos»), que les permitió rodear el continente americano. Poco más de un mes después, encontraban al otro lado un océano de aguas tranquilas (que recibiría luego el nombre de océano Pacífico), ante cuya vista el aguerrido navegante lloró de emoción.
Siguieron rumbo al norte, primero bordeando la costa de Chile para virar luego al noroeste hacia las que se conocen actualmente como islas Marianas (que bautizaron como Islas de los Ladrones), sin agua potable ni provisiones frescas, y con parte de la tripulación enferma de escorbuto. La llegada a aquellas islas les permitió reabastecerse y continuar explorando otras islas que conformaban el archipiélago que hoy lleva el nombre de Filipinas.
Fue en una de ellas, Mactán, donde Magallanes cayó herido de muerte en un enfrentamiento con los indígenas, con lo que se malogró su sueño de completar el primer viaje alrededor del mundo. Esta proeza correspondió al marino de origen vasco Juan Sebastián Elcano (capitán de la nave Concepción, abandonada cerca de la isla de Cebú). Bajo su mando la expedición completó su periplo, primero rumbo a las Molucas, para tocar tierra de España el 6 de septiembre de 1522; arribó una sola nave, la Victoria, con dieciocho supervivientes a bordo y un cargamento de especias.

Luis Vaz de Camões



(También llamado Luis de Camoens; Lisboa, 1524 - id., 1580) Escritor portugués, autor de la epopeya nacional Os Lusíadas (Los Lusíadas). Luis de Camões frecuentó la corte real de Lisboa, pero la indiferencia que le mostró el rey le incitó a afincarse en Ceuta (1547), donde formó parte de la guarnición de la plaza.
A finales de 1549 se hallaba de vuelta en Lisboa, y una rencilla con un criado de palacio le supuso la cárcel en 1552, a pesar de lo cual al año siguiente pudo emprender el viaje que había planeado hacia la India. En 1555 se hallaba en Goa, y no tardó en embarcarse de nuevo en una expedición. Instalado en Macao, fue acusado de prevaricación y viajó hasta la India para defenderse. En el viaje de regreso a Goa, en 1559, su barco naufragó. En 1567 emprendió el viaje de vuelta a Portugal, y, tras una estancia de varios años en Mozambique, llegó a Lisboa en 1570.
Como poeta lírico, Luis Vaz de Camões cultivó las formas petrarquistas, y dominaba perfectamente la ejecución del soneto. Es autor también de tres comedias: AnfitriónEl rey Seleuco (1545) y Filodemo (1555).
Pero su verdadera importancia como escritor radica en la poesía épica. En 1572 apareció la obra que le hizo célebre, Los Lusíadas, epopeya semimítica en verso en la línea de Virgilio y Torquato Tasso que narra la expansión portuguesa por el mundo, sin que falten elementos pertenecientes a la tradición legendaria de Portugal, como el episodio de Inés de Castro.