El 27 de abril de 1925, el magrebí Abd El Krim encabezó una poderosa fuerza militar de rifeños y guerrilleros y se adentró en el protectorado que Francia tenía en Marruecos. El líder militar había cosechado importantísimas victorias contra los españoles y se veía más que capaz de imponerse también a los franceses en Marruecos, pero su ambición le acabaría costando cara.
Nacido en 1882, Abd El Krim era hijo de un cadí (un juez) y creció con ciertas comodidades, recibiendo una buena educación en Túnez y Fez y trabajando durante años para los cuerpos coloniales españoles. Al contrario de lo que dicen muchas versiones distorsionadas con una clara intención partidista, Abd El Krim no rechazaba los avances ni el estilo de vida provenientes del mundo occidental y creía en un tipo de colonialismo pacífico y una colaboración mutuamente beneficiosa entre Marruecos y España. Trabajó un tiempo como periodista pero en 1915, en el contexto de la Primera Guerra Mundial, fue acusado de espiar para Alemania y de conspirar contra las potencias coloniales. Cuando fue liberado al año siguiente, desapareció de la vida pública para volver convertido en un líder guerrillero.
Precursor de los movimientos de independencia de las colonias que surgirían tras la Segunda Guerra Mundial, Abd El Krim comenzó en 1920 una sucesión de ataques contra las autoridades españolas que lo convirtieron en una persona tan reconocida como buscada. En 1921 organizó a todas las tribus del Rif para que se sublevaran contra los españoles y el Ejército colonial, comandado por el general Silvestre, fue derrotado en lo que es conocido como el Desastre de Annual. Ese mismo año Abd El Krim instauraba la República del Rif y siguió aumentando su poder hasta 1925, cuando atacó territorio francés.
Las cosas habían cambiado mucho para entonces. España se encontraba bajo la dictadura de Miguel Primo de Rivera y las condiciones de su ejército habían mejorado considerablemente. Además, Francia disponía de fuerzas y recursos muy superiores a los de los españoles en 1921 y la acción conjunta de estas dos colonias solo podía llevar a Abd El Krim a la derrota. En 1926 tuvo lugar el desembarco de Alhucemas, una acción conjunta a gran escala tras la cual el líder rifeño no tuvo más opciones que entregarse a los franceses. Se le condenó al exilio en la Isla de Reunión pero en un traslado escapó y acabó refugiándose en Egipto, donde permaneció hasta su muerte en 1963.
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