El 26 de marzo de 1979, el líder egipcio Anwar el-Sadat y el primer ministro israelí Menájem Beguín se reunieron con Jimmy Carter en la Casa Blanca y ratificaron los Acuerdos de Paz de Camp David, que habían sido firmados en septiembre del año anterior y que ponían fin a los enfrentamientos entre Egipto e Israel como en el marco del conflicto palestino-israelí.
Oriente Medio llevaba años siendo una zona conflictiva tanto por la intervención de las potencias occidentales como por el empeño de las distintas naciones de la región de sacar provecho a costa de sus vecinos. La constitución del estado de Israel en 1948 dio lugar a la Primera Guerra árabe-israelí, a la que seguirían la Guerra de Suez (1956), la Guerra de los Seis Días (1967) y la Guerra de Yom Kippur (1973). Egipto, por entonces liderado por Gamal Abdel Nasser, se convirtió en el líder del movimiento panarabista y dio comienzo a una refriega constante contra Israel, principalmente por los territorios de la península del Sinaí.
Aunque Israel salió victoriosa en todas las contiendas, la situación cambió en 1973 con la Guerra del Yom Kippur, una acción militar egipcia en la que el nuevo presidente Anwar el-Sadat quería demostrar la coordinación y fuerza que podía desplegar su nación para, así, hacer que Israel se plantease la opción de alcanzar un acuerdo de paz con ellos y eliminar una amenaza próxima sin disparar una sola bala. Así se empezaron a gestar los Acuerdos de Camp David, con los Estados Unidos del simpático Jimmy Carter como mediador y cuyas negociaciones empezarían en 1978. En los documentos del acuerdo se establecía que habría una autoridad independiente palestina en los territorios ocupados por Israel, el reconocimiento de los derechos del pueblo palestino o el cumplimiento de la resolución 242 de la ONU por la que Israel devolvería los territorios ocupados a Egipto y el resto de países colindantes durante la Guerra de los Seis Días.
La ratificación firmada en marzo del 79, llamada Marco para la conclusión del tratado de paz entre Egipto e Israel, supuso la retirada de las tropas israelíes de la península del Sinaí y el restablecimiento de las relaciones comerciales y democráticas de ambas naciones, además de la favorable relación que Egipto consiguió con los Estados Unidos y que le permitió distanciarse de la Unión Soviética durante la última década de la Guerra Fría, así como una serie de subsidios y de envíos de material militar.
Si bien los Acuerdos de Camp David fueron vistos como un hecho sin precedentes y tanto Beguín como Sadat recibieron el Nobel de la Paz por ellos, lo cierto es que sus consecuencias fueron más allá de lo esperado. Egipto fue visto como un traidor para la causa panarabista, expulsado de la Liga Árabe durante una década y Anwar el-Sadat asesinado en 1981. Aunque la situación se suavizó en Oriente Medio, no se alcanzó la paz que tantos anunciaban y sigue siendo una de las zonas más conflictivas del mundo aun en la actualidad.
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