Alekséi Maksímovich Péshkov, mejor conocido como Maksim Gorki, nació en Nizhny Nóvgorod, Rusia, el 28 de marzo del año 1868, y fue uno de los escritores más influyentes en la Revolución del Octubre Rojo.
Tuvo una infancia de duro trabajo, lo que más tarde lo llevó a modificar su status dentro de la sociedad, pasando de ser empleado de pintor, a empleado de una empresa ferroviaria. Toda esta experiencia acumulada fue posteriormente uno de los mayores factores de inspiración en la vida profesional del escritor.
Uno de los tantos empleos que tuvo en su juventud, fue como pasante de abogado, en donde descubrió su pasión por la cultura y la Literatura, por lo que comenzó a leer cada vez más a diario, haciéndolo ya un deporte dentro de su vida.
Otro de los factores cruciales por su afecto hacia la cultura fue, sin dudas, la influencia de su abuela materna, quien lo crió luego de la muerte de su padre. Ella le contaba varios cuentos, tanto en verso como prosa, los cuales poseían un grado de exageración expresiva que hacía que el niño se interesase mucho en las historias que ella le contaba.
Cuando el escritor cumplió los 30 años, ya era respetado por varios intelectuales de la época por su obra, que en poco tiempo había crecido de manera sorprendente. Sus creaciones más destacadas habían sido sus cuentos que habían logrado llegar a varios países de toda Europa.
Al conocer el agrado del público por su obra, comenzó a realizar distintas producciones teatrales, que posicionaron a Gorki como uno de los grandes artistas rusos de la época. Dichas obras fueron llevadas a escena a principios del siglo XX, en un comienzo en el Teatro de Artes de Moscú, y más tarde recorrió los teatros de todo el continente. En el terreno del drama, consiguió innovar en sus creaciones brindándoles a todos los personajes la misma importancia, escribiendo varias historias paralelas que se entrelazaban en el desenlace de la obra. Sus producciones teatrales más reconocidas fueron "Pequeños burgueses" y "Los bajos fondos".
En un viaje a San Petersburgo retomó sus ideas socialistas, debido a su relación con varios políticos marxistas que habitaban en la segunda ciudad más importante de Rusia, y a los problemas sociales que existían en aquellos tiempos, lo que le recordaron la oscura etapa de su infancia. Debido a su compromiso social y a su fuerte crítica del sistema en sus escritos, no tardó mucho tiempo en llegar la censura, lo que varias veces lo obligó a exiliarse.
A pesar de ser miembro honorario de la Academia Imperial de Ciencias, en el año 1902, fue destituido por sus ideologías y compañías políticas, lo que, un tiempo más tarde, lo llevaron la cárcel.
En 1907, debido a serios problemas de salud, se mudó hacia Italia, en donde creó un centro de emigración revolucionaria, en donde pudieron refugiarse varios perseguidos políticos.
Una vez que los bolcheviques destituyeron al gobierno de los zares, Maksim Gorki volvió a Rusia, en donde participó del ámbito cultural por 4 años, hasta que nuevamente fue deportado, lo que lo obligó a vivir durante 2 años en Alemania.
En el año 1928, volvió a su país natal de la mano de Stalin, quien lo nombró "Presidente del sindicato de escritores soviéticos".
En su rica obra, se pueden encontrar varios clásicos de la literatura occidental, tales como: "Makár Tchudrá", "La vieja Izerguíl", "Váren’ka Olésova", "El canto del halcón", "Los bajos fondos", "Los hijos del sol", "La madre", "La vida de un hombre innecesario", "La vida de Matvéi Kozhemiákin", "Por Rusia", "La casa de los Artamonov" y "Cuarenta años. La vida de Klim Sanghin", entre otros.
Luego de contraer una neumonía fulminante, el escritor murió en una casa de campo de Lenin, en las afueras de Moscú, el 18 de junio de 1936.
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