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lunes, 31 de agosto de 2020

Nace Pedro I el Cruel, rey de Castilla

efeméride


El 30 de agosto del año 1334 nació en Burgos Pedro I de Castilla, conocido como ‘el Cruel’ por sus detractores y ‘el Justiciero’ por sus aliados.

Hijo de Alfonso XI y María de Portugal y heredero legítimo del trono de Castilla, se convirtió en rey en 1350, con 15 años, en un momento en el que los nobles reclamaban mayor peso en el gobierno y surgían aspirantes al trono hasta de debajo de las piedras. Alfonso XI había tenido siete hijos bastardos con Leonor de Guzmán de entre quienes se destacaba el mayor, Enrique de Trastámara, que con el tiempo se revelaría como el gran enemigo de Pedro I y su principal contendiente por el derecho a llevar la corona.

Durante sus primeros años de reinado, Pedro I confió el gobierno de Castilla a Juan de Albuquerque, favorito de su madre, mientras él se dedicaba a cazar con halcón o rondar a las damas de la corte. Queriendo afianzar sus relaciones con Francia, Albuquerque prometió al rey de Castilla con Blanca de Borbón pero Pedro I se había encaprichado de María de Padilla, a quien conoció durante una de sus campañas para sofocar las revueltas nobiliarias, y abandonó a la princesa gala pocos días después de su boda. La influencia de María de Padilla en Pedro I no gustó nada a los nobles castellanos, que se veían cada vez más relegados a un segundo plano en la toma de decisiones y despreciaban a Pedro I, quien gobernaba sin consultarles y les reprimía duramente ante el menor atisbo de rebelión. Enrique de Trastámara decidió actuar y, con Albuquerque de su lado, disputó abiertamente el trono a su medio hermano.

La iniciativa de Enrique funcionó y Pedro I fue apresado y encerrado en Toro, de donde consiguió escapar provocando división entre los nobles que le vigilaban. Comenzó entonces una cruenta guerra civil como pocas hasta entonces en la que combatieron los partidarios de Pedro I y los defensores de Enrique de Trastámara, a los que más tarde se sumarían el reino de Aragón (contra Pedro I), Francia (del lado de Enrique) e Inglaterra (del lado de Pedro). El monarca castellano consiguió grandes victorias en el campo de batalla y, en cada ciudad que tomaba, los nobles que se habían opuesto a su persona eran torturados y ejecutados para dar ejemplo. De hecho, se dice que Pedro I se volvió tan desconfiado y paranoico que mató a muchos dignatarios y grandes señores que lo que querían era ofrecerle su apoyo. En estos años también murió, presuntamente asesinada, Blanca de Borbón.

La balanza se decantaba claramente a favor de don Pedro pero, en el año 1366, Enrique de Trastámara regresó de un breve exilio en Francia a la cabeza de las Compañías Blancas, un grupo de mercenarios temible, y se autoproclamó rey de Castilla. Pedro I recurrió entonces al Príncipe Negro de Inglaterra y ambos ejércitos se enfrentaron en 1367 en Nájera, de donde Pedro I salió victorioso. En medio de una brutal represión contra los cabecillas rebeldes, Enrique II lanzó una nueva ofensiva en la que consiguió sitiar Toledo y derrotó a Pedro I en Montiel (1369). El rey intentó huir sobornando a Bertrand Du Guesclin, lugarteniente de Enrique, pero este le traicionó y le contó sus intenciones a su señor. Cuando Pedro I intentaba escapar en medio de la noche y acompañado por un reducido grupo de guerreros, el de Trastámara y los suyos le salieron al paso y este le mató de una puñalada para, después, cortarle la cabeza. Enrique II se había ganado el derecho a sentarse en el trono de Castilla con la sangre de su hermanastro manchando sus manos.

Es muy probable que el caso de Pedro I sea un ejemplo perfecto de cómo una figura puede verse distorsionada por determinados intereses. La necesidad de Enrique II de legitimar sus aspiraciones al trono basándose en la incompetencia para gobernar y la crueldad de Pedro I le llevaron a desprestigiarle hasta el punto de que el apodo más recordado para este rey castellano es ‘el Cruel’. Si bien es cierto que Pedro I se ensañó con los nobles que se habían rebelado contra él, no hizo nada que cualquier otro rey de la época no hubiera considerado perfectamente normal y quienes le apoyaron le consideraron un rey que gobernó poniendo límites a la nobleza y pensando en las necesidades del pueblo llano. 

Garibaldi es herido y hecho prisionero en la Batalla de Aspromonte

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El 29 de agosto de 1862 tuvo lugar la Batalla de Aspromonte, una escaramuza entre el ejército de voluntarios de Giuseppe Garibalid y las fuerzas reales de Víctor Manuel II. Durante la refriega, Garibaldi resultó herido de bala y fue capturado por el enemigo.

La Batalla de Aspromonte, que tuvo lugar bajo la sombra del macizo que le da nombre (sur de Italia) resulta especialmente peculiar porque ninguno de los dos bandos demostró tener muchas ganas de combatir contra quienes consideraban sus hermanos de armas. Para comprender esta situación hay que remontarse al proceso de unificación italiano en el que Giuseppe Garibaldi jugó un papel primordial. El barbudo guerrillero, que había nacido en Niza y había luchado en América, participó tanto en la primera como en la segunda Guerra de la Independencia italiana liderando a un Cuerpo de Voluntarios con los que se hizo con el control de la Lombardía. En mayo de 1860 emprendió la Expedición de los Mil y conquistó el reino de las dos Sicilias, entregándoselo a Víctor Manuel II en noviembre de ese año.

¿Cómo es posible, entonces, que Víctor Manuel II y Garibaldi se enfrentaran en combate cuando habían luchado por la misma causa? La respuesta estaba en Roma, ciudad pontificia controlada por el papa que Garibaldi estaba empeñado en liberar e incorporar a la naciente Italia como un estado más. Ya había tomado la ciudad en 1849 pero la acabó perdiendo ante Pío IX. En 1862 lanzó una nueva ofensiva contra Roma creyendo que en esta ocasión podría cumplir su objetivo pero se encontró con que Víctor Manuel II estaba en su contra. El primer rey de la Italia unificada había comprendido las ventajas de tener a la Santa Madre Iglesia como aliada y deseaba asegurar su puesto a costa de las aspiraciones de Garibaldi. Además, la fama del guerrillero era inmensa tanto dentro como fuera del país y tampoco le interesaba que Garibaldi fuese demasiado popular.

Así, ambas partes lanzaron a sus ejércitos sabiendo lo que podían encontrarse pero sin la más mínima gana de enfrentarse. Garibaldi cruzó desde Sicilia y desvió a sus tropas por el paso de la montaña esperando así esquivar a los bersaglieri de Víctor Manuel II, pero acabaron por encontrarse el día 29. La batalla fue muy breve, con las tropas realistas liderando la carga y teniendo que lamentar solo quince muertos. Apenas hubo contraataque por parte de los voluntarios y menos después de que Garibaldi fuera herido en un pie (la bota con el agujero de bala se conserva en un museo de Bolonia) y hecho prisionero. En octubre de ese mismo año se concedió una amnistía a todos los presos de Aspromonte.

Este choque entre realistas y garibaldinos suscitó duras críticas contra el gobierno y una mayor división entre los monárquicos más conservadores, los republicanos y los revolucionarios. Garibaldi intentó marchar sobre Roma de nuevo en 1867 con resultados parecidos y, tras esto, decidió retirarse. En 1870 combatió en la Guerra Franco-prusiana del lado de Francia y al volver se recluyó en Cabrera, donde vivió tranquilamente recibiendo las visitas de amigos y admiradores. 

jueves, 27 de agosto de 2020

Nace el escritor J RR Tolkien

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El 3 de diciembre de 1892 nació en Bloemfontein (Sudáfrica) el escritor John Ronald Reuel Tolkein, autor de clásicos de la literatura universal como El Hobbit o El Señor de los Anillos y famoso por los complejos mundos de fantasía que creó desde sus orígenes hasta sus idiomas.

La obra de Tolkien estuvo fuertemente influida por sus experiencias personales. Quedó huérfano de padre a los cuatro años y su madre se trasladó al sur de Inglaterra, donde se convirtió al catolicismo. En esta primera infancia aparecería en la vida de Tolkien uno de los personajes que más le marcarían en el futuro, el padre Francis Morgan Osborne (tío Curro), quien asumiría su tutela tras la muerte de su madre.

Tolkien siempre demostró tener un gran intelecto y sensibilidad, además de facilidad para los idiomas y una imaginación cuidada pero desbordante y todos estos factores acabarían por volcarse en su narrativa.

En las universidades de Leeds y Oxford estudiaría Lengua Inglesa y Literatura, aprendería a hablar sajón antiguo, latín, islandés, árabe y otros tantos idiomas que harían de la filología un elemento de peso en sus novelas. Al pasar a la universidad se vio separado de su gran amor, la también huérfana Edith Bratt, con quien se casaría nada más cumplir los 21 años. Con el estallido de la Primera Guerra Mundial, Tolkien se alistó en la Fuerza Expedicionaria Británica y fue enviado a Francia, donde combatiría en batallas como la del Somme y donde empezó a escribir sobre la Tierra Media tras ser retirado del frente por la fiebre de las trincheras.

Sus primeras publicaciones fueron interpretaciones o traducciones de clásicos anglosajones como Gawain y el Caballero Verde o Beowulf, pero su primer gran éxito llegaría en 1937 con la presentación de Bilbo Bolsón en El Hobbit, una breve novela fantástica que salió de un cuento que solía contar a sus hijos. En 1954 se repetiría el milagro con La Comunidad del Anillo, la primera parte de su gran obra El Señor de los Anillos. J RR Tolkien se basó en sus estudios y conocimientos sobre lenguas antiguas, historia medieval y culturas germánicas y en sus experiencias y creencias personales para crear un mundo inmenso que iba más allá de lo visto hasta entonces en la literatura fantástica y conseguía redefinir el propio género.

Tolkien seguiría escribiendo hasta su muerte en 1973 e incluso después de esto, algunos textos y obras suyas siguen saliendo a la luz recopiladas por su hijo Christopher.

Se aprueba la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano

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El 26 de agosto de 1789, la Asamblea Nacional Constituyente, que se había reunido con el compromiso de dotar a Francia de una constitución, aprobó el último artículo de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.

Este documento, icónico y clave en el desarrollo de la Revolución Francesa, tiene su origen en los Estados Generales de 1789 convocados por Luis XVI. Durante esta congregación organizada para promover reformas fiscales que ayudasen a Francia a salir de la crisis en la que estaba, los miembros del Tercer Estado (la burguesía) vieron cómo el monarca absolutista ignoraba sus reclamaciones aun cuando contaban con el doble de representantes que la nobleza y el clero y eran ellos quienes sostenían la economía del país. Así las cosas, los miembros del Tercer Estado proclamaron la Asamblea Nacional y, tras ser esta clausurada por Luis XVI, se encerraron en una sala donde se practicaba un juego de pelota y juraron no abandonar el lugar hasta haber proveído a Francia de una constitución.

El 9 de julio, al tiempo que aquella improvisada organización tomaba el nombre de Asamblea Nacional Constituyente, se propuso comenzar la labor de crear una carta magna redactando una especie de preámbulo en el que se estableciesen todos los derechos que la constitución debía defender y respetar. El proceso fue el siguiente: se presentaron proyectos de declaraciones de derechos individuales (hasta 21 propuestas distintas) que eran votadas y, una vez elegida la más conveniente para actuar como texto base, se realizaba una segunda votación en la que se valoraba la declaración artículo por artículo hasta que la asamblea estuviera conforme. De los 24 artículos que componían el modelo original, la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano se vio reducida a 17 y el último se aprobó el día 26 de agosto.

La declaración, promulgada a principios de noviembre de ese mismo año, se basaba en los principios de la Ilustración para desmontar la sociedad clasista y autoritaria del Antiguo Régimen y proponer un modelo más igualitario basado en la defensa de valores y derechos como la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión. En ella se hace especial hincapié en la igualdad de todos los sujetos en cuanto y a derechos y ante la ley, un factor imprescindible si lo que se quería era acabar con las diferencias de los estamentos feudales. También se destaca el artículo 3, en el que se afirma que “el principio de esta soberanía reside esencialmente en la Nación”.

La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano sirvió de prefacio para la Constitución de 1791 pero, curiosamente, aunque habla promueve la igualdad como valor primordial solo se refiere a la igualdad y los derechos de los hombres. El primer documento de esta clase en el que se menciona a las mujeres fue redactado por Olympe de Gouges en 1791 (la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana). 

miércoles, 26 de agosto de 2020

Max Brod

(Praga, 1887 - Tel Aviv, 1968) Narrador y crítico hebreo en lengua alemana, conocido por su amistad con Franz Kafka. A la muerte de éste, y a pesar de las disposiciones testamentarias que ordenaban su destrucción, Brod publicó, entre otros textos, sus novelas El procesoEl castillo y América. Se doctoró en leyes y desempeñó su primera actividad laboral como funcionario administrativo; posteriormente se dedicó a la crítica teatral, y finalmente al periodismo y a la literatura. Su extensísima obra le caracteriza como una personalidad ciertamente atractiva, que tuvo un gran eco y una gran proyección en el Círculo de Praga, además de como un inteligente organizador y promotor de jóvenes talentos.

Max Brod
Además de ocuparse de la edición de estas obras de su amigo, publicó también sus diarios y, en 1937, le dedicó una extensa biografía titulada Franz Kafka, así como los ensayos críticos Franz Kafkas Glauben und Lehre (1948) y Franz Kafka als Wegweisende Gestalt (1950), en los que da una interpretación de la problemática kafkiana en clave religiosa, posteriormente muy discutida y sólo en parte aceptada por la crítica.
Tal interpretación se fundamenta en la creciente sensibilidad religiosa de Brod, que se refleja también en sus numerosas novelas y en los escritos filosóficos publicados a lo largo de su vida y, además, en su activa participación en el movimiento sionista. Ya en su novela Arnolf Beer (1912) se detecta el primer indicio de una tendencia a la representación de la realidad con acentos de ferviente misticismo que, en aquella época, caracterizaba a la corriente expresionista. En este sentido, es conocida también su amistad con Franz Werfel.
Los problemas culturales de la comunidad judía de Praga se reflejan en la novela histórica Tycho Brahe y su camino hacia Dios (Tycho Brahes Weg zu Gott, 1916), que forma parte junto con Reubeni, príncipe de los judíos (1925) y Galileo en prisión (1948) de una trilogía de título significativo: Lucha y verdad. Estas obras ofrecen al autor una ocasión para analizar con profundidad las antiguas tradiciones hebraicas, enraizadas en su ciudad, y al mismo tiempo desarrollar sus teorías religioso-humanitarias.
La necesidad de una ayuda recíproca en la lucha contra el mal en el mundo, y el sufrimiento de los males ineludibles enviados por Dios, forman el núcleo de una abundante serie de trabajos entre los que destacan los ensayos Paganismo, cristianismo, judaísmo (1921), a los que cabe añadir novelas, cuentos, poesías, un ensayo crítico sobre Heine (1934) y numerosos textos críticos sobre teatro y música. A él se debe también el descubrimiento de un músico, Leos Janacek, al que dedicó una biografía.

Franz Kafka

(Praga, 1883 - Kierling, Austria, 1924) Escritor checo en lengua alemana cuya obra señala el inicio de la profunda renovación que experimentaría la novela europea en las primeras décadas del siglo XX. Franz Kafka dejó definitivamente atrás el realismo decimonónico al convertir sus narraciones en parábolas de turbadora e inagotable riqueza simbólica: protagonizadas por antihéroes extraviados en un mundo incomprensible, sus novelas reflejan una realidad en apariencia reconocible y cotidiana, pero sometida a inquietantes mutaciones que sumergen al lector en una opresiva y asfixiante pesadilla, plasmación de las angustias e incertidumbres que embargan al hombre contemporáneo.

Franz Kafka
Biografía
Nacido en el seno de una familia de comerciantes judíos, Franz Kafka se formó en un ambiente cultural alemán. Su padre, Hermann Kafka, había obtenido una cómoda posición con un matrimonio ventajoso y pudo costear una buena formación para el primogénito en uno de los colegios alemanes de Praga. Concluido el bachillerato (1901), el cabeza de familia lo obligó a cursar estudios de leyes, materia por la que nunca sintió el menor interés, y se doctoró en derecho en 1906.
Los años universitarios le dejaron tiempo para cultivar sus aficiones filosóficas y literarias; leyó a numerosos autores y conoció al futuro escritor y crítico literario Max Brod, con quien trabó una íntima amistad destinada a perdurar toda una vida. La personalidad enérgica y activa de Brod, totalmente opuesta a la del temeroso e introvertido Kafka, mitigó su soledad y su marcada tendencia al aislamiento.
Finalizados sus estudios, trabajó en diversos bufetes de abogados y, desde 1908, en una compañía de seguros de Praga. Allí desempeño sus tareas con eficiencia y puntualidad, llegando a merecer un ascenso; sin embargo, carecía por completo de ambición profesional. El aburrido empleo (que no abandonaría definitivamente hasta 1920, a causa de su deteriorada salud) le ocupaba solamente las mañanas y podía dedicar las tardes y las noches a la literatura, su verdadera pasión.

Kafka en 1906
En 1911 conoció a Yitzchak Lowy, actor de teatro yiddish; pronto empezó a interesarse por la mística y la religión judías, que ejercieron sobre él una notable influencia y favorecieron su adhesión al sionismo. Su proyecto de emigrar a Palestina se vio frustrado en 1917 al padecer los primeros síntomas de tuberculosis, que sería la causante de su muerte. El diagnóstico decidió a Kafka a romper definitivamente su compromiso matrimonial con Felice Bauer, a la que había conocido en 1912 a través de Max Brod. Durante los cinco años que duró, la relación con Felice había sido repetidamente abandonada y retomada debido a las interminables vacilaciones de Kafka.
La enfermedad obligó a Kafka a pasar largas temporadas en diversos sanatorios, primero en los Alpes italianos y finalmente en Kierling, cerca de Viena. En uno de ellos se enamoró de la joven checa Julie Wohryzek, pero la radical oposición del padre de Kafka imposibilitó el matrimonio. Este episodio originó el más revelador documento de aquella conflictiva relación paternofilial: la célebre Carta al padre que Kafka escribió en 1919. Publicada póstumamente, nunca llegó a ser enviada a su destinatario.
En 1920, el encuentro con la traductora y periodista checa Milena Jesenská se transformó en una relación profunda, testimoniada en las Cartas a Milena, que verían la luz en 1952. Pero ni Kafka ni la propia Milena, casada con otro hombre, tuvieron el aliento necesario para romper el matrimonio, y a partir de 1921 comenzaron a distanciarse. Se estableció entonces en una casa de campo adquirida por su hermana, en la que escribió El castillo. En 1923, con la enfermedad ya muy avanzada, conoció a la jovencísima y vital Dora Diamant, el gran amor que había anhelado siempre, y que le devolvió brevemente la esperanza. Pero en abril del año siguiente sus dolencias se agravaron; en compañía de Dora Diamant, de su amigo Max Brod y de su tío Siegfried, falleció el 3 de junio de 1924 en el sanatorio de Kierling.
La obra de Kafka
A pesar de la enfermedad, de la hostilidad manifiesta de su familia hacia su vocación literaria, de sus cinco tentativas matrimoniales frustradas y de su empleo de burócrata en una compañía de seguros de Praga, Franz Kafka se dedicó intensamente a la literatura. Su obra, que nos ha llegado en contra de su voluntad expresa (ordenó a su íntimo amigo y consejero literario Max Brod que quemara todos sus manuscritos tras su muerte), constituye una de las cumbres de la literatura alemana y se cuenta entre las más influyentes e innovadoras del siglo XX.
En la línea de la Escuela de Praga, de la que es el miembro más destacado, la escritura de Kafka se caracteriza por una marcada vocación metafísica y una síntesis de absurdo, ironía y lucidez. Ese mundo de sueños, que describe paradójicamente con un realismo minucioso, ya se halla presente en su primera novela corta, Descripción de una lucha, que empieza con una lección de danza en Praga, traslada muy pronto al héroe al Japón y le sitúa en el centro de salvajes aventuras espirituales; fragmentos de este relato fueron publicados en 1909 en la revista Hyperion, dirigida por Franz Blei.

Con Felice Bauer
En 1913, el editor Rowohlt accedió a publicar su primer libro, Meditaciones, pequeños fragmentos en prosa de una inquietud espiritual penetrante y un estilo profundamente innovador, a la vez lírico, dramático y melodioso. Los textos eran en realidad extractos de su diario personal: a instancias de su amigo Max Brod, Kafka seleccionó una serie de pasajes del Diario que había iniciado en 1910 y que continuaría, casi sin interrupciones, hasta el mismo año de su muerte. El libro pasó desapercibido; los siguientes tampoco obtendrían ningún éxito, fuera de un círculo íntimo de amigos y admiradores incondicionales.
El estallido de la Primera Guerra Mundial y el final del noviazgo con Felice Bauer señalaron el inicio de una etapa creativa prolífica en la que redactó las obras más características de su producción. Su legado, que plantea numerosas dificultades de interpretación, se caracteriza en cambio por una extrema y deliberada claridad estilística, como se observa en la más conocida de sus narraciones, La metamorfosis (1915). Su protagonista es un mediocre viajante de comercio, Gregorio Samsa; un mañana, al despertarse, Samsa descubre que se ha transformado en un enorme insecto, lo que es narrado con normalidad pese a la monstruosidad de la situación. Este doble juego será una constante en la creación del autor, y en él reside en buena medida su singularidad y eficacia.

Primera edición de La metamorfosis
Casi contemporáneo al anterior y escrito en una sola noche es el relato de un conflicto paternofilial: La condena (1913), en el que un padre viejo y aparentemente enfermo recobra de repente su vitalidad y autoridad opresiva para maldecir a su hijo, que tan sólo deseaba vivir su propia vida. Años después aparecerían impresos el cuento En la colonia penitenciaria (1919) y el volumen de relatos Un médico rural (1919). Todas las restantes obras de Kafka no serían publicadas hasta después de su muerte. Títulos esenciales de su producción, como El proceso o El castillo, se hubiesen perdido para siempre de no haber incumplido Max Brod su orden de quemar los manuscritos; de hecho, el propio Brod se encargó de preparar las ediciones.
Su primera novela propiamente dicha (las narraciones anteriores deben considerarse cuentos o novelas cortas por su extensión) es El proceso, que había comenzado a escribir hacia 1914 y fue publicada póstumamente en 1925. El protagonista de El proceso es Joseph K., empleado en un banco. Una mañana, dos individuos de uniforme le notifican su detención en virtud de un proceso que se ha incoado contra él. Es inútil que quiera conocer el delito de que se le acusa: son simples funcionarios que se limitan a cumplir su cometido, a saber, notificarle su detención. Pese a ello, es dejado provisionalmente en libertad; será citado en domingo para los interrogatorios a fin de no perturbarle en su trabajo.

Fotogramas de El proceso (1962), de Orson Welles
En sus intentos de probar su inocencia, Joseph K. penetra en los entresijos de un inquietante sistema judicial. Las sesiones del juzgado de instrucción se celebran en casa de un carpintero; los libros de la ley no son más que novelas sádicas e indecentes; los archivos judiciales están instalados en el granero de una casa miserable, en cuya irrespirable atmósfera escriben incesantemente los empleados sobre sus pupitres. Un tío de Joseph K. le presenta a su abogado, un viejo enfermo que recibe a sus clientes en la cama y cuya enfermera se siente atraída eróticamente por todos los procesados; tampoco él consigue adelantar el asunto. Se cuenta que la absolución es posible, que hace muchísimos años se dictó una sentencia absolutoria, pero es una leyenda de dudoso crédito, pues, en realidad, los fallos del tribunal no se publican nunca. Un pintor retratista de jueces le informa de que podría ser aparentemente absuelto, lo que equivale a decir que el día menos pensado podría volver a ser detenido.
Todo ello va minando la inicial determinación de Joseph K. Obsesionado por el caso, descuida su trabajo en la oficina para pasar largas horas perdido en el examen de las varias posibilidades de salvación que aparentemente se le ofrecen, o bien va corriendo de un lado a otro de la ciudad para confiar su defensa a un abogado o para buscar afanosamente la ayuda de cualquier persona que conozca a los jueces que se hacen cargo de su proceso. Al mismo tiempo, percibe miradas y sonrisas maliciosas en los escenarios donde se desarrollaba su metódica vida (el banco, la pensión, el café); de forma inexplicable, todos están enterados de su proceso.
Sus medios de defensa resultan insuficientes y equivocados; al cabo de casi un año, sin haber llegado nunca a conocer cuál era la acusación, y extenuado e impotente tras una lucha imposible y absurda, Joseph K. es llevado sin resistencia a la afueras de la ciudad y ejecutado. El centro de la obra es el crecimiento del sentimiento de culpa y los tormentos que éste desencadena. La novela fue dramatizada en 1947 por André Gide y Jean-Louis Barrault, mientras que Gottfried von Einem hizo con ella una ópera, con libreto de Boris Blacher y Heinz von Cramer, que se estrenó en 1953. En 1962, Orson Welles rodó una soberbia adaptación cinematográfica.

Franz Kafka en 1917
El argumento de su segunda novela, El castillo (escrita entre 1921 y 1922 y publicada en 1926), es en ciertos aspectos similar. Un agrimensor llamado K. llega a una aldea gobernada por un conde que vive en un castillo sobre la colina; el agrimensor ha sido llamado por el conde para trabajar a su servicio, y su intención es establecerse allí y ejercer su profesión.
Sin embargo, topa de inmediato con inesperadas e insuperables dificultades. Por un lado, el castillo parece ser la sede de una monstruosa e incomprensible maquinaria burocrática a la que es casi imposible acceder; cuando parece lograrlo, no obtiene sino comunicaciones contradictorias. Por otro, no obtiene ninguna cooperación de las gentes del pueblo, que aceptan con naturalidad los absurdos dictados del castillo y parecen dejarlo de lado. A pesar de su empeño y sus esfuerzos, K. nunca logra más que aparentes avances en su propósito de iniciar su trabajo e integrarse en la comunidad, seguidos de retrocesos que lo devuelven una y otra vez al punto de partida. Max Brod hizo una versión dramática de esta obra en 1953.
América (1927), por último, es una novela inconclusa, además de fragmentaria, que presenta dos grandes saltos y carece de final. Aunque en la publicación póstuma ocupa el tercer lugar, fue la primera que escribió: su primer capítulo, "El chófer", se había impreso en 1913 como relato independiente. Su protagonista es Karl Rossmann, un muchacho de dieciséis años que, a consecuencia de una desdichada aventura con la criada de sus padres, se ve obligado a separarse de ellos y de Alemania, su patria, para emigrar a América, donde uno de sus tíos debe recibirle.
Pronto se encuentra abandonado a sus propias fuerzas en aquel inmenso y complicado país. Karl trata de trabajar en diversos oficios, pero dura poco en ellos; conoce así numerosos aspectos de aquella sociedad y pasa por múltiples experiencias que ponen claramente de relieve su imposibilidad de adaptarse. Como en las novelas antes reseñadas, el lector tiene la impresión de seguir al héroe a través de un oscuro laberinto indescifrable, donde los acontecimientos cobran un valor simbólico, pero sin que jamás se aclare la significación de los símbolos ni el efecto que puedan tener en la vida del personaje.
La muralla china (1931) es un volumen que recoge relatos y textos en prosa escritos a partir de 1917; además del cuento que le da título, abarca dieciocho narraciones diversas y dos colecciones de notas y pensamientos. Los Diarios 1910-1923 se publicaron en 1948-1949, aunque una selección de ellos y de las cartas del autor ya se habían impreso en 1937 en Praga. Estos textos son de gran importancia para la interpretación de la persona y la obra de Kafka, e incluyen un proyecto inconcluso de obra aforística que Max Brod compiló con el título Consideraciones acerca del pecado, el dolor, la esperanza y el verdadero camino.
La existencia atribulada y angustiosa de Kafka se refleja en el pesimismo irónico que impregna su obra, que describe, en un estilo que va desde lo fantástico de sus obras juveniles al realismo más estricto, trayectorias de las que no se consigue captar ni el principio ni el fin. Sus personajes, significativamente designados con una inicial (Joseph K. o simplemente K.), son zarandeados y amenazados por instancias ocultas, materializadas en las autoritarias estructuras burocratizadas y anónimas creadas por la misma sociedad. Así, el protagonista de El proceso no llegará a conocer el motivo de su condena a muerte, y el agrimensor de El castillo buscará en vano el rostro del aparato burocrático en el que pretende integrarse; ambos padecen la angustiosa desorientación, la impotencia y finalmente el sentimiento de culpa y desamparo frente a un mundo ininteligible y deshumanizado que escapa a todo intento de control y que acaba degradando y sometiendo al hombre.
Tan singular es la opresiva atmósfera que emana de sus más características narraciones, que incluso la lengua común ha incorporado el adjetivo kafkiano para referirse a una situación particularmente absurda y angustiosa. Los elementos fantásticos o absurdos, como la transformación en escarabajo del viajante de comercio Gregorio Samsa en La metamorfosis, evidencian la alienación del individuo e introducen en la realidad más cotidiana aquella distorsión que permite desvelar su propia y más profunda inconsistencia, un método que se ha llegado a considerar como una especial y literaria reducción al absurdo.
Por su trascendental influencia, Franz Kafka se coloca a la cabeza de la renovación que emprendió el género novelístico en las primeras décadas del siglo XX, en la que también han de ubicarse grandes maestros como el francés Marcel Proust, el irlandés James Joyce y el estadounidense William Faulkner. Pero su originalidad irreductible y el inmenso valor literario de su obra le han valido a posteriori una posición privilegiada, casi mítica, en la literatura contemporánea. Cien años después de La metamorfosis, las múltiples interpretaciones trazadas desde los más variados puntos de vista (desde el enfoque existencialista al sociológico o psicoanalítico, pasando por las que parten del judaísmo o de la biografía del autor) siguen pareciendo reducciones o simplificaciones de una obra que, por su riqueza significativa, apenas tiene parangón en la literatura universal.

martes, 25 de agosto de 2020

Se inaugura la Ópera Garnier de París

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El 5 de enero de 1875, tras casi 15 años de construcción, se inauguró oficialmente el Palacio de la Ópera Garnier de París, impresionante edificio de estilo neobarroco que junto a la Ópera de la Bastilla conforma la Ópera Nacional de París.

El París del siglo XIX era centro neurálgico del panorama cultural francés y el teatro y la ópera eran dos de las actividades más seguidas por las clases pudientes. En un intento de renovar la ciudad y mostrar su esplendor, Napoleón III ordenó una serie de reformas entre las que se encontraba un nuevo sistema de alcantarillado, la instalación de iluminación por gas, la construcción de grandes avenidas (grands boulevards) rectilíneas y de un nuevo Palacio de la Ópera para el que se convocó un concurso público con el que elegir al arquitecto que se encargaría del proyecto. De los 171 arquitectos que participaron se eligió a un joven y desconocido Charles Garnier que, además de un proyecto sólido y atractivo, puso especial atención en la posibilidad de acomodar a grandes audiencias.

Garnier optó por un estilo neobarroco para su obra, situado al final de una inmensa avenida que conectaba directamente con el Palacio del Louvre y en la que en su momento no se plantó ningún árbol para que la vista de la magnífica fachada fuese el foco de todas las miradas y un símbolo del poder imperial. Las obras se alargaron por problemas en el terreno, la guerra contra Prusia de 1870 y la posterior Comuna de 1871 (tiempo en el que el edificio fue utilizado como prisión política). Estos retrasos hicieron que Napoleón III no viera terminado el proyecto que encargó, ya que murió en 1873.

Con sus cerca de 2.000 asientos, su patio de butacas y palcos en forma de herradura al estilo italiano y la espléndida decoración tanto en su fachada como en sus salones y estancias, el Palacio de la Ópera Garnier es uno de los edificios más admirados de París e inspiró al escritor Gastón Leroux para escribir su novela El fantasma de la Ópera.

Nace Simone de Beauvoir

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El 9 de enero de 1908 nació en Francia la escritora y filósofa Simone de Beauvoir, mujer que trató de alejarse del contexto social represivo que marcaban los cánones de la época. En 1928 conocería al también filósofo Jean Paul Sartre, con cuyo intelecto supo encajar a la perfección y que le acompañaría durante momentos clave de su vida, como por ejemplo la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial o su paso por la Facultad de Filosofía de la Sorbona parisina.

Sus textos siempre fueron una vía para reflejar sus convicciones, entre las que se destacan el ateísmo y el comunismo. Una de sus obras cumbre, y también referencia para el movimiento feminista, fue su ensayo filosófico El segundo sexo, publicado en 1949. En esta obra, que ha sido considerada la ‘Biblia del feminismo’, Simone de Beauvoir hablaba de la cárcel en la que se ha visto encerrada la mujer a lo largo de los siglos y ahonda en la raíz de la desigualdad entre hombres y mujeres.

La filósofa francesa también publicó algunas novelas: La invitada (1943), La sangre de los otros (1944) y Los Mandarines (1954). Otros de sus ensayos famosos fueron La vejez (1970) y La ceremonia del adiós (1981), una polémica crónica de los últimos años de vida de Jean-Paul Sartre, su compañero sentimental. 

lunes, 24 de agosto de 2020

Tiene lugar la Matanza de San Bartolomé

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En la madrugada del 24 de agosto de 1572 París vivió un episodio oscuro y sanguinario que llenó las calles de la capital francesa de cadáveres: la matanza de hugonotes del día de San Bartolomé.

Para comprender estos acontecimientos hay que mirar al clima de crispación social y enfrentamiento que vivía el país a causa de las guerras de religión. Los hugonotes eran protestantes franceses que seguían las doctrinas de Juan Calvino y a lo largo del siglo XVI se enfrentaron hasta en ocho guerras religiosas contra las fuerzas católicas. En 1570, Carlos IX de Francia y el líder hugonote, el almirante Gaspar de Coligny, habían firmado la paz de Saint-Germain que había puesto final a la guerra pero no había dejado satisfecho a ninguno de los dos bandos. Como muestras de buena intención y para intentar promover un acercamiento entre ambas posiciones, Carlos IX y su madre Catalina de Médici incorporaron a Coligny al consejo real y concertaron la boda de Margarita de Valois, hermana del rey, con Enrique de Navarra, un protestante. Ni la presencia de Coligny en la Corte ni el matrimonio de una princesa católica con un príncipe protestante fueron bien vistos.

El enlace, que fue rechazado por el papa y por el rey Felipe II de España, tuvo lugar el 18 de agosto de 1572 y a él acudieron la más alta representación del mundo protestante francés, incluyendo a muchos nobles que en la práctica ejercían como líderes del “bando” hugonote. La población de París, profundamente católica, no se sentía cómoda con tantos protestantes merodeando por su ciudad y por el palacio del Louvre y a cada hora que pasaba la tensión aumentaba en las calles. En la noche del 22 de agosto, Gaspar de Coligny fue asaltado y acabó con una herida en el brazo y un dedo menos.

Este fallido intento de asesinato contra los hugonotes fue el detonante de la masacre. Entre los parisinos empezó a correr el rumor de que los hugonotes pensaban vengarse del ataque contra su líder causando una masacre y decidieron adelantarse. Mientras tanto, Carlos IX y Catalina de Médici comprendieron que podían aprovechar la situación para librarse de la cúpula hugonote. El rey ordenó cerrar las puertas de la ciudad para que nadie escapara, distribuyó armas entre el pueblo y expulsó del Louvre a todos los protestantes que allí se alojaban (salvo a Enrique de Navarra). Coligny fue una de las primeras víctimas de la barbarie y el odio, pero los disturbios que habían comenzado en San Bartolomé se prolongaron durante días y llegaron a otras ciudades como Orleans, Lyon y Burdeos.

Se estima que en parís murieron entre 2000 y 3000 hugonotes víctimas de esta matanza, y alrededor de 10 000 en toda Francia. 

El huracán Katrina toca tierra en Estados Unidos

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El 25 de agosto de 2005 el huracán Katrina, el más potente y destructivo de la historia reciente de los Estados Unidos, tocó tierra en Florida como huracán de categoría 1.

El huracán Katrina se formó el día 23 de agosto al sureste de las Bahamas, siendo declarado tormenta tropical en la mañana del 24. Al día siguiente tomó tierra en Florida y se adentró en el Golfo de México, momento en el que alcanzó una fuerza de categoría 3 y aumentó exponencialmente su tamaño. El día 28 tuvo su pico de intensidad al alcanzar la categoría 5 con ráfagas de viento de 280 kilómetros por hora.

El Katrina volvió a tocar tierra el día 29 con una intensidad menor (categoría 3) pero que siguió resultando devastadora para la zona en la que desembarcó: Luisiana.  
Este estado, y en concreto la ciudad de Nueva Orleans, fue el más afectado por el Katrina. A los fuertes vientos y enormes cantidades de agua que provocaron inundaciones, fallos en la red eléctrica o daños estructurales en muchas casas hay que sumar el hecho de que el sistema de presas colapsó y el agua del lago Pontchartrain lo cubrió todo causando una destrucción exponencialmente mayor a las de otras ciudades afectadas. EL 80% de la superficie de Nueva Orleans quedó inundada y hubo más de 100 000 casas completamente inundadas.Tras atravesar el sudeste de Luisiana, el huracán atravesó el estado de Misisipi y Tennessee hasta desaparecer en la región de los Grandes Lagos, donde fue absorbido por un frente frío.

El huracán Katrina dejó un total de 1 833 muertos, la mayoría en Luisiana, y un impacto económico estimado de 146 000 millones de dólares. La violencia y los saqueos fueron un fenómeno normalizado durante los momentos previos y posteriores al desastre sin que las fuerzas del orden contaran con suficientes efectivos como para responder y las consecuencias socioeconómicas en las zonas afectadas siguen haciéndose notar más de una década después. La respuesta por parte de las autoridades frente a una situación de esta magnitud sirvió para señalar los problemas estructurales que los gobiernos locales, comarcales y estatales tenían que seguir antes de acudir al gobierno federal. La administración encabezada por George W. Bush fue muy criticada por la excesiva tardanza en una respuesta contundente y por la mala preparación de la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA). También se llevó a juicio al Cuerpo de Ingenieros del Ejército, responsable de construir las presas de Nueva Orleans que resultaron tener fallos estructurales graves que habrían provocado el colapso.

La respuesta solidaria fue abrumadora tanto dentro como fuera de las fronteras estadounidenses. Además de la donación de material humanitario y recursos por parte de otros países, se organizaron numerosas actividades benéficas como conciertos con el fin de recaudar fondos y la Cruz Roja Americana demostró el importante papel que juega en situaciones de este tipo. 

domingo, 23 de agosto de 2020

El ejército continental derrota a las tropas británicas en Trenton

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El 26 de diciembre de 1776, las tropas estadounidenses derrotan a las británicas en la batalla de Trenton en Nueva Jersey durante la Guerra de Independencia de los Estados Unidos.

El estado de Nueva Jersey jugó un papel muy importante durante la Revolución Americana. La derrota de los rebeldes coloniales en la Batalla de Long Island (27 y 29 de agosto de 1776) no hizo mella en las tropas y el general George Washington paró los intentos del comandante británico, el teniente general William Howe, de atraer a los estadounidenses a una batalla decisiva. Washington evadió exitosamente a Howe hasta que el ejército estadounidense estuvo a salvo sobre el río Delaware.

La batalla se libró entre los estadounidenses contra las tropas de Hesse y las tropas británicas después de que los estadounidenses perdieran la batalla en Nueva York y se vieron obligados a retirarse a través de Nueva Jersey. La lucha dio comienzo el 25 de diciembre de 1776 y terminó el 26 de diciembre de 1776, convirtiéndose en un momento clave en el proceso de independencia del país.

En la batalla de Trenton, el ejército de George Washington contaba con casi 2.400 soldados comandados por los generales John Sullivan y Nathanael Greene. El ejército de Hesse tenía alrededor de 1.400 tropas. Una pequeña unidad británica llamada 16th Dragoons también estaba allí en Trenton. Los estadounidenses atacaron a los soldados de Hesse resguardados en lo que entonces era la pequeña ciudad de Trenton, Nueva Jersey. El ataque sorpresa fue posible debido al famoso cruce del río Delaware a pocos kilómetros al norte de Trenton en un día de tormenta. Las bajas de Hesse fueron 22 muertos y 83 heridos. Más de 1.000 fueron capturados. Las bajas de los colonos estadounidenses fueron solo 2 muertos y 5 heridos en batalla. Sin embargo, muchos murieron en los días posteriores a la batalla debido al agotamiento y la enfermedad.

El evento fue inmortalizado en el famoso cuadro Washington Crossing the Delaware, pintada por Emanuel Leutze. Nueva Jersey es conocida así como la "Encrucijada de la Revolución Americana".

Muere Charles Chaplin

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El 25 de diciembre de 1983 fallece el actor y director de cine Charles Chaplin a los 88 años de edad. Nació el 16 de abril de 1889 en Londres, Inglaterra. Empezó con un grupo de danza infantil antes de hacer su aparición estelar en la pantalla grande.

Su personaje principal, basado en la pantomima y en los movimientos extravagantes, se convirtió en una figura icónica de la era del cine mudo. También fue famoso en su faceta como director, con películas como Luces de ciudad y Tiempos modernos y cofundó la United Artists Corporation. Murió en Corsier-sur-Vevey, Vaud, Suiza, el 25 de diciembre de 1977 a causa de una hemorragia cerebral. Tenía 88 años.

Quizá no sabías que Chaplin vivió parte de su vida en un orfanato. En 1896 Chaplin y su medio hermano mayor fueron enviados a un internado público para "huérfanos y niños indigentes". Permaneció 18 meses, aprovechando este tiempo para aprender a leer y escribir. Esta época no estuvo exenta de penurias, pues en una reyerta con otro niño acabaron afeitándole la cabeza. Poco después, su madre ingresó en una institución mental.

En los últimos años de su vida, Chaplin hizo una última visita a los Estados Unidos en 1972, para recibir un Premio honorario de la Academia. El viaje se produjo solo cinco años después de la primera y única película en color de Chaplin, que fue también su última película.

En la madrugada del 25 de diciembre de 1977, su esposa, Oona, y siete de sus hijos estaban junto a su cama en el momento de su fallecimiento. Curiosamente, como si se tratara del argumento de una de sus películas, el cuerpo de Chaplin fue robado poco después de ser enterrado en su tumba cerca del lago de Ginebra en Suiza por dos hombres que exigieron un rescate de 400.000 para devolver el cuerpo del difunto.

Afortunadamente, los hombres fueron arrestados y el cuerpo de Chaplin fue recuperado 11 semanas después. La ID de su tumba en Suiza es: 1886.