El 5 de marzo de 1770 se vivió la serie de enfrentamientos violentos entre protestantes bostonianos y soldados británicos que pasaría a conocerse como la Masacre de Boston, suceso que muchos consideran el verdadero inicio de la Guerra de la Independencia debido al uso propagandístico que se le dio.
El ambiente en la ciudad portuaria iba tensándose desde 1765 cuando, tras la guerra contra los nativos y los franceses (1754-1763), las autoridades británicas decidieron crear nuevos impuestos específicos para las 13 colonias con el objetivo de recuperar parte del dinero invertido en la contienda y aumentar su control y presencia en el gobierno de estas, acabando con esa libertad parcial que se les concedía y que era conocida como “negligencia saludable”. El Stamp Act (un nuevo impuesto para todos los documentos y publicaciones) fue el que generó mayor rechazo entre la población y las protestas populares y peleas callejeras se convirtieron en el pan de cada día en Boston. Los gobernantes pidieron ayuda y Gran Bretaña, temiendo que la ciudad se convirtiera en un ejemplo a seguir, decidió mandar tropas. Para octubre de 1768 había en Boston 4000 soldados británicos.
El antagonismo entre soldados y bostonianos fue creciendo durante los meses y la facilidad que tenían los británicos para reprimir usando la violencia y las armas de fuego provocó que surgieran mártires para la causa colonial. El primer de ellos fue Christopher Seider, un chico de 11 años que recibió un disparo durante una protesta el 22 de febrero de 1770. El 5 de marzo, una pelea entre un comerciante local y un oficial derivó rápidamente en batalla campal. Cuando ya se habían formado dos grupos que combatían en la calle, las campanas de la iglesia comenzaron a sonar (señal de que había un incendio y se necesitaba a todos los hombres posibles para apagarlo) y los voluntarios que creían haber ido a luchar contra el fuego acabaron uniéndose a la pelea. La situación se descontroló y los británicos recurrieron a sus fusiles, matando a otras cinco personas que se unirían a la lista de mártires para la causa colonial.
El suceso fue rápidamente aprovechado por el líder del movimiento revolucionario Samuel Adams, que fue quien calificó los hechos de “masacre” y promovió un rechazo hacia los británicos que acabaría por calar hondo en las colonias y las llevaría a rebelarse contra la corona británica para conseguir su independencia. Curiosamente John Adams, primo de Samuel que sería uno de los padres fundadores de los Estados Unidos, actuó como defensor durante los juicios contra los soldados británicos afirmando que toda persona tiene derecho a un juicio justo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario