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viernes, 12 de junio de 2020

La guerra civil nicaragüense

Se firma un acuerdo de paz tras la guerra civil nicaragüense

El 2 de febrero de 1933 el presidente nicaragüense Juan Bautista Sacasa y el líder guerrillero liberal Augusto César Sandino se reunieron en la Casa Presidencial de Managua y firmaron un plan de paz que llevaría al país de la tensión posbélica a una normalidad civil. Las principales medidas que se tomaron buscaban, principalmente, desarticular las guerrillas sandinistas, la entrega de las armas y asegurar a sus miembros una amnistía y un futuro como agricultores.

Esta firma de paz llegaba tras una guerra que se extendía desde 1926, cuando Emiliano Chamorro se rebeló contra el gobierno legítimo y se colocó al conservador Adolfo Díaz como presidente con el apoyo de los Estados Unidos, país que llevaba interviniendo en los asuntos nicaragüenses desde finales del siglo XIX y que tenía centenares de marines en Nicaragua). Esta decisión hizo que el general José María Moncada, el político liberal Juan Bautista Sacasa y el líder guerrillero Augusto César Sandino organizaran un contrataque que llevaría al país a una guerra civil, la llamada Guerra Constitucionalista. Durante el conflicto, Sandino se convirtió en un héroe nacional muy popular entre las clases populares, lo que hizo que las tropas de Chamarro y los marines estadounidenses dedicaran grandes esfuerzos (infructuosos) a atraparlo.

La guerra se extendió hasta 1932, cuando ambos bandos acordaron celebrar unas elecciones democráticas con observadores externos en las que salió victorioso Sacasa. Las funciones de la Guardia Nacional, brazo armado de Díaz y Chamarro que había sido coordinada por los marines estadounidenses, pasó en su totalidad al nuevo gobierno y se puso a un tal Anastasio Somoza (futuro dictador) al mando.  En enero de 1933 los marines salieron de Nicaragua y Sandino, anti-imperialista y cuyo principal objetivo durante la guerra era la retirada estadounidense, aceptó reunirse con el gobierno y dejar las armas.

Sin embargo, las buenas intenciones se esfumaron pronto. Se registraron muchos casos de hostigamiento contra los miembros de la guerrilla sandinista y violaciones de los acuerdos por parte de la Guardia Nacional. Tras varios intentos de Sandino por pedir explicaciones a Sacasa y arreglar la situación, el líder guerrillero fue invitado a una reunión en la Casa Presidencial  y, a su salida, él y los generales que le acompañaban fueron arrestados por la Guardia Nacional. El llamado ‘general de hombres libres’ fue fusilado por orden de Anastasio Somoza y con el beneplácito de los Estados Unidos el 23 de febrero de 1934. 

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