El siglo XXI se inició con un estremecedor suceso cuyas consecuencias se han dejado sentir hasta nuestros días: los ataques terroristas que han pasado a la historia como los atentados del once de septiembre o del 11-S. En esa fecha del año 2001, comandos suicidas secuestraron cuatro vuelos comerciales y estrellaron deliberadamente los aviones contra el Pentágono en Washington y las Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York, causando miles de víctimas. Como autor intelectual de los hechos fue de inmediato señalado el fundador de Al Qaeda, Osama bin Laden (1957-2011), que fue hasta su captura y ejecución por militares estadounidenses el terrorista más buscado del mundo.
Osama bin Laden
Osama bin Laden nació en 1957 en Riad, capital de la Arabia Saudí, de padre yemení y madre originaria de Siria. Era hijo de un humilde estibador que logró convertirse en el mayor contratista de obras de Arabia Saudí: el padre de Osama bin Laden, el jeque Muhammad bin Laden, ingeniero y arquitecto según algunas fuentes, simple campesino según otras, dejó su provincia natal de Hadramut, en el centro de Yemen, a principios de los años veinte. Al parecer, Muhammad se instaló en Hedjaz, Arabia Saudí, en 1932, y allí hizo una fortuna colosal gracias a sus relaciones con la familia real saudí, que le encargó numerosas obras públicas, y destacó como un hombre de negocios riguroso y honesto. Su madre, según se dice, no era la esposa favorita de Muhammad bin Laden, quien tuvo 54 hijos con 11 esposas. Uno de ellos fue Osama bin Laden; educado por preceptores privados, Osama tuvo una infancia y juventud dorada, codeándose con los hijos de los príncipes saudíes.
Cuando Muhammad bin Laden murió en un accidente de helicóptero en 1968, todo su inmenso imperio industrial pasó a sus hijos. Osama, con trece años, heredó ochenta millones de dólares. Durante sus estudios en la Universidad de Jeddah, Osama se vio influido por uno de sus profesores, el fundamentalista islámico Sheik Abdullah Azzam, empeñado en la liberación de la causa islámica de la dominación extranjera y alentador en la juventud musulmana del retorno a los estrictos postulados de la fe islámica. En 1979, tras finalizar su carrera universitaria (consiguió en la Universidad de Jeddah un diploma de ingeniero después de cinco años de estudio), pasó a formar parte de la plantilla de ingenieros de la empresa familiar.
A partir de 1979 fue ya patente la adhesión de Osama bin Laden a los credos del integrismo islámico, sin duda como reacción al acuerdo de paz entre Egipto e Israel. Ese mismo año la revolución islámica barría el régimen del Sha en Irán y los soviéticos invadían Afganistán. Su trayectoria profesional quedó truncada; Osama abandonó la empresa para integrarse en el movimiento armado que combatía la presencia militar rusa en Afganistán, siguiendo la llamada de la Yihad, la guerra santa.
Osama bin Laden
Su misión consistía en recoger dinero para financiar la resistencia de los movimientos islamistas contra las tropas de ocupación soviéticas. Escribía además violentas diatribas contra los comunistas, sin olvidar tampoco al Occidente «decadente». En 1980 empezó a reclutar guerrilleros proafganos y estableció sus primeros campamentos. Fue entrenado por la CIA y aprendió por la instrucción a mover dinero a través de sociedades fantasmas y paraísos fiscales, a preparar explosivos, a ocultarse y a utilizar códigos cifrados para comunicarse.
Ello se comprende en el contexto de la «guerra fría» que americanos y rusos sostuvieron desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta la disolución de la URSS: los Estados Unidos aportaban su ayuda incondicional a todos los grupos afganos en su guerra contra la Unión Soviética, con la idea de convertir la ocupación de Afganistán en un «Vietnam ruso», como efectivamente ocurrió. Entre 1979 y 1989 los norteamericanos entregaron cerca de tres mil millones de dólares a la resistencia afgana, y cerca de 35.000 combatientes, procedentes de cuarenta países, fueron formados como guerrilleros en los campos de entrenamiento situados a lo largo de la frontera con Pakistán.
En 1988 Osama bin Laden fundó Al Qaeda («La Base», en árabe); la mayoría de sus miembros eran veteranos de la guerra de Afganistán, que finalizaría en 1989 con la derrota y retirada de las tropas soviéticas. La organización tenía bases en Argelia, Uzbekistán, Siria, Pakistán, Indonesia, Filipinas, Líbano, Irak, Kosovo, Chechenia, Cisjordania y Gaza. La ruptura definitiva de Osama bin Laden con sus aliados norteamericanos se produjo en 1990, cuando, como parte de los preparativos para la guerra del Golfo (1990-1991), los Estados Unidos desplegaron tropas en Arabia Saudí, tierra de los lugares sagrados musulmanes de La Meca y Medina. Anticipando que, después de la guerra del Golfo, se prolongaría la presencia norteamericana en el país, Osama bin Laden multiplicó sus llamamientos para derrocar a la monarquía saudí.
Esta decisión le acarreó primero el destierro, en 1991, y dos años después, la pérdida de la ciudadanía. Bin Laden se trasladó a Sudán, donde permaneció cinco años, pero, debido a las presiones estadounidenses, fue expulsado por el gobierno sudanés. En 1996 se instaló con su familia en Afganistán, y pronto entró en contacto con el líder del recientemente establecido régimen de los talibanes (1996-2001), el mulá Muhammad Omar. Le entregó en matrimonio a una de sus hijas y se hizo construir en el feudo de los talibanes una lujosa y espaciosa mansión, donde residió con su numerosa familia (tenía cuatro esposas y trece hijos).
Ese mismo año, haciéndose eco de las exigencias de los miembros de los órganos de seguridad nacional, el presidente Bill Clinton autorizó a la CIA a emplear todos los medios para eliminar físicamente al multimillonario saudí y destruir la estructura política y militar creada por éste, pero ninguno de los mercenarios contratados por el espionaje norteamericano (se habla de más de un millar) logró cumplir la arriesgada misión.
Al Qaeda estableció como objetivos prioritarios el ataque a los Estados Unidos y sus aliados en Oriente Próximo. Bin Laden fue el presunto responsable de los atentados norteamericanos de Nairobi y Dar es Salam, que provocaron 263 muertos en 1998, y del ataque contra el crucero US-Cole en Adén en octubre de 2000, con 17 muertos. Se calculaba que era poseedor de una fortuna de trescientos millones de dólares.
11-S: impacto del segundo avión en la torre sur
Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, en los que fallecieron cerca de tres mil de personas, Osama bin Laden se convirtió en el terrorista más buscado del mundo. El 16 de septiembre de 2001, el presidente George Bush exigió a Afganistán la entrega del líder de Al Qaeda, a lo que el régimen talibán respondió con una tajante negativa. Pero ni la inmediata invasión de Afganistán (completada a finales del mismo año) llevó a su detención, ni se llegó a ninguna certeza sobre su paradero hasta diez años después: el 1 de mayo de 2011, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, anunció que Osama bin Laden había sido muerto en una operación llevada a cabo por comandos militares estadounidenses en una residencia en las afueras de la ciudad de Abbottabad, en Pakistán.
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