El desplome de la Bolsa de Nueva York saltaba a la historia como el Crack del 29, antesala de la de la mayor crisis del capitalismo conocida hoy como la Gran Depresión.
El jueves 24 de octubre de 1929, la Bolsa de Nueva York sufrió un desplome del 9 por ciento, generando el estallido de un crack financiero que trascendió como el Jueves Negro y dio paso a una depresión financiera en todo el sistema mundial.
El desplome, a consecuencia de una burbuja financiera que estalló por los aires, sembró el pánico entre los inversores internacionales, a tal punto que generó la mayor crisis económica de la historia estadounidense y también mundial.
Tras el final de la Primera Guerra Mundial, la dinámica económica de Estados Unidos se vio catapultada en sectores industriales y empresariales, lo que generó una oleada especulativa incluso entre ciudadanos comunes y sin experiencia en finanzas.
Cuando las acciones bursátiles alcanzaron valores inverosímiles, la Bolsa de Nueva York se hundió hasta límites tan bajos como no se alcanzaban desde el año 1800, y ni los inversores ni el gobierno intercedieron para relanzar las operaciones.
Tras el derrumbe de Nueva York, cinco días después, Wall Street sufrió la peor caída de su historia con pérdidas que no cesaron hasta enero de 1930, cuando la Bolsa de Valores de Estados Unidos tocó fondo.
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