El 13 de octubre de 1972 el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya transporta a un grupo de jóvenes rugbiers con destino a Chile; el avión se estrella contra la ladera de una montaña en la Cordillera de los Andes a 4.000 metros de altitud. Los 27 sobrevivientes del total de 45 pasajeros y tripulantes del avión preparan un refugio a la espera del rescate. Pero las autoridades suspenden la búsqueda ocho días después al estimar que es imposible encontrar sobrevivientes. En los restos del avión, los que aun continúan vivos improvisan estrategias para mantenerse vivos en un sitio donde las temperaturas caen a los 40 grados bajo cero y llegan a consumir parte de los cadáveres cuando la comida escasea. Un alud provoca la muerte de ocho sobrevivientes el 29 de octubre. Otros dos fallecen por las heridas al mes siguiente. Tres miembros del grupo logran descender de la montaña y encontrar ayuda. La expedición de rescate llega a los restos del avión 72 días después del accidente para rescatar a los 14 jóvenes que aun estaban en el lugar
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