El 12 de octubre de 1834 a las 8 de la mañana se inaugura en Cuba, que aun era colonia española, la primera línea férrea de América Latina. Se trata de un tendido de 27,5 kilómetros que unía a la ciudad de La Habana con la localidad azucarera de Güines. La obra fue concebida por el español Miguel Badia y Buñol, que la presentó al gobernador en Cuba. El rey Fernando VII autorizó el pedido de un préstamo de dos millones de pesos a Inglaterra para comprar los equipos y financiar la construcción. Los vagones eran arrastrados por una locomotora a vapor y usados principalmente para el traslado de la producción azucarera hacia el puerto. El tren de Cuba sería el cuarto del mundo en ser puesto en funcionamiento. España tendría su primer ferrocarril recién once años mas tarde.
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