La dictadura militar que gobierna en la Argentina utiliza el la organización del Mundial de 1978 para intentar acallar las denuncias en su contra por los asesinatos y desapariciones de opositores políticos. El acto inaugural presidido por el dictador Jorge R. Videla se realiza a poca distancia del más nefasto centro de concentración de la Argentina, la Escuela de Mecánica de la Armada. El equipo local gana el primer partido contra Hungría por 2 a 1 y el segundo ante Francia por 2 a 1, pero cae por 1 a 0 contra Italia. Vuelve a ganar ante Polonia por 2 a 0 y empata con Brasil sin goles. Necesitado de ganar ante Perú para llegar a la final, golea a su rival por 6 a 0 en un partido plagado de sospechas. En la final jugada el 25 de junio de 1978, Argentina se impone por 3 goles a 2 a la selección holandesa. El argentino Mario Kempes es el máximo anotador del torneo con 6 goles. El Mundial 78 fue el único de la historia que no dejó ganancias a sus organizadores.
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