(Poznan, 1847 - Neudeck, Prusia Oriental, 1934) Militar y político alemán, último presidente de la República de Weimar. Procedente de la casta aristocrática dominante de los Junker prusianos, siguió la carrera militar y combatió en la Guerra Franco-Prusiana, que condujo a la unificación de Alemania en 1871.
Paul von Hindenburg
Desde 1911 era un general retirado; pero el estallido de la Primera Guerra Mundial (1914-18) le puso al mando de un ejército en el frente oriental; los éxitos que logró allí contra los rusos (batalla de Tannenberg, 1914) le llevaron a ser nombrado jefe del Estado Mayor en 1916.
Con la colaboración de Erich Ludendorff, no sólo imprimió un curso más enérgico a la guerra, sino que asumió parcelas crecientes del poder político, estableciendo virtualmente una dictadura militar sobre Alemania. El estancamiento del frente occidental y los reveses sufridos en aquel escenario militar a lo largo de 1918 le llevaron a reconocer la derrota, pedir el armisticio y recomendar al emperador Guillermo II que abdicara y dejara el país por el momento. Aún dirigió la repatriación del ejército alemán antes de retirarse de nuevo tras la firma del Tratado de Versalles (1919).
Convertido en un símbolo de la vieja Alemania monárquica, aceptó pasar a la política en 1925 encabezando con éxito la candidatura del bloque de derechas para la presidencia de la República. Si bien defraudó a sus partidarios más reaccionarios al aceptar la política de reconciliación de Gustav Stresemann (lo cual permitió su reelección frente a Hitler en 1932, apoyado por un bloque de centro-izquierda), pronto se mostró como el ultraconservador que era, frenando el proyecto de reforma agraria de su gobierno, negándose a ilegalizar la violencia nazi y, finalmente, nombrando a Hitler canciller (1933). Viejo y enfermo, asistió impotente al establecimiento de la dictadura nazi, que se completó tras su muerte.
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