Emprendió un viaje en búsqueda del príncipe Carlos quien a la muerte de del rey no pudo coronarse debido a que, supuestamente era un hijo ilegítimo por lo que había perdía el derecho.
En su insistente búsqueda de apoyo para llegar al príncipe y ayudarlo a lograr su coronación, Juana conoció a Baudricourt, un magistrado de un pueblo vecino quien luego de la insistencia de Juana y gracias a la fuerte convicción de esta en su cometido, ganó su confianza y este aceptó ayudarla y escoltarla al castillo de Chinon, junto un grupo de partidarios.
Al iniciar este viaje Juana tomo la radical decisión de cambiar su aspecto a uno masculino seguramente para evitar el asedio de los hombres en su misión.
Al llegar a su destino logró hablar con el príncipe y explicarle cuál era su propósito sagrado, las palabras de Juana fueron una revelación para él por lo que realmente se ganó su confianza, solicitó al príncipe le proveyera de una tropa con el que estaba segura podría liberar a Orleans de los ingleses.
UNA CAMPAÑA DECISIVA
Al llegar a la batalla realizó ataques por días a los ingleses hasta que estos huyeron, luego logró recuperar puentes limitando el tránsito del enemigo, llevo a cabo las batallas de Jargeau, de Meung-sur-Loire, de Beaugency y por supuesto la concluyente batalla de Patay. Seguidamente cumplió su promesa de coronar al rey en la Santa Catedral de Reims.
Juana se empeñó en recuperar la ciudad de París, sin embargo, Carlos prefería una solución diplomática. Llegado el día del ataque a París la ofensiva fue insuficiente ante la resistencia borgoña quedando en esta batalla herida y el rey toma la decisión de retirada.
Así inicio el declive de Juana en la incursión militar y luego fue acusada de herejía por lo que fue condenada y murió en la hoguera el 30 de mayo de 1431.
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